Ibarbengoa dejará de ser una estación de metro fantasma a partir de septiembre

Actualmente se ejecuta la fase de las comprobaciones del aparcamiento, que sumará 304 plazas, siete de ellas para personas con movilidad reducida. El apeadero, en cuya construcción CTB invirtió 2,2 millones de euros, siempre ha estado ligado a desarrollo del espacio de estacionamiento, cuyas obras han absorbido un presupuesto próximo a los 6 millones de euros. Situado en Andra Mari, en un punto donde apenas hay una decena de casas y una de las pocas zonas rurales que quedan en Getxo, los trabajos en sus tres plantas concluirán «para finales de verano», según indican portavoces del Consorcio.

El objetivo del estacionamiento es dar servicio a municipios de la zona con menores frecuencias de suburbano y a personas que viven alejadas de las estaciones. Su proximidad al corredor de Uribe Kosta lo convierte en una infraestructura estratégica. «El diseño del entorno permite que la estación de Ibarbengoa pueda combinarse no sólo con el coche particular, sino también con servicios urbanos de autobús y con el de alquiler de bicicletas Bizimeta», se argumenta en el proyecto del CTB. Cuando empiece a funcionar, gestionado por Metro Bilbao, sumará según las previsiones unos 77.000 usuarios al año, que pagarán 70 céntimos por estacionar su vehículo. Junto con los tres parkings disuasorios de la red que ya están en funcionamiento, permitirá sacar de las carreteras «300.000 vehículos» anualmente, según ha resaltado el propio alcalde de Getxo, Imanol Landa.

Testigo mudo de todo ha sido la estación de Ibarbengoa. Su nombre permanece tapado en las unidades de metro que circulan por la Margen Derecha y que pasan de largo por el apeadero. Allí siguen ociosas las canceladoras, prueba de que está lista para empezar a funcionar. Cuando eso ocurra se mejorarán los tiempos de paso en las estaciones más allá de Bidezabal. Ahora hay metros cada 20 minutos entre Sopela y Plentzia. Con el apeadero funcionando, las frecuencias allí bajarán hasta «los cinco o seis minutos en horas punta». En la nueva estación hay una playas de vías donde actualmente realizan el cambio de sentido las unidades de metro que paran en Bidezabal. Es algo que acabará cuando se empiece la actividad. Entonces, el trayecto terminará y nacerá en ese punto, tal y como explica el director de Metro Bilbao, Eneko Arruebarrena. «La ventaja de Ibarbengoa será fundamentalmente para los usuarios, que no solo tendrán la posibilidad de dejar el coche en condiciones de seguridad y a buen precio, sino que se beneficiarán de mayores frecuencias», detalla el responsable del suburbano.

En un inicio, Ibarbengoa estuvo ligada al soterramiento del metro en Maidagan que acabó con la histórica barrera arquitectónica de las vías del ferrocarril que dividía el barrio de Andra Mari. Ambas obras se desarrollaron en tiempos similares. En el caso del apeadero, muchos ligaron su construcción a los planes de desarrollo urbanístico en la zona, una de las pocas de carácter rural que aún quedan en Getxo. Llegó a existir un proyecto que contemplaba levantar allí 8.000 viviendas, una inyección de habitantes que hubiera dotado de vital importancia al apeadero. La idea se abandonó y pronto se empezó a especular con que en el entorno, con muchas huertas y algunos caseríos salpicando el paisaje, se levantaría un parque tecnológico. Nunca se confirmó nada.