Martes, 11 de mayo 2021, 07:13
Uno de los grandes objetivos de la reducción de la velocidad era, y es, mejorar la salud de la ciudadanía de Bilbao. Que el aire esté más limpio y la ciudad más tranquila; sin tanto ruido. Los estudios elaborados por el Ayuntamiento en los últimos ... meses traen buenas noticias en ambos sentidos.
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En cuanto a la contaminación atmosférica, entre octubre y marzo se ha reducido un 6,49% el NO2. También es cierto que la comparación se hace con el mismo periodo de ejercicios anteriores, es decir, un tiempo prepandémico. En cuanto a las partículas PM10, aumentan un 9,69%, lo cual es malo. Sin embargo, esa circunstancia se achaca a «episodios climatológicos adversos», en concreto, la entrada de «vientos saharianos». Sin contar esa circunstancia, la reducción hubiese sido del 24,82%.
Luego está el ruido. Tiene una incidencia en la salud muy relevante, y sus efectos llegan de un modo sigiloso en distintas formas: cardiopatías, alteraciones del sueño, problemas cognitivos... Pues bien, tras la implantación del Bilbao 30, el 22 de septiembre de 2020, se ha pasado de 68,58 a 66,46 decibelios. Dos menos.
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