Huelga en la sala VIP del aeropuerto de Loiu durante la Bienal

Por la sala VIP de 'La Paloma' pasaron el año pasado 110.000 personas, lo que supone una media diaria que supera ligeramente los 300 clientes. El recinto, en el que hay comida, bebidas, entretenimiento y butacas de descanso, es de libre uso para el público general (la entrada cuesta 40 euros), aunque la mayoría de los pasajeros llegan invitados por las aerolíneas o diferentes clubes de viaje.

El motivo de la movilización tiene que ver con una serie de reivindicaciones que hacen los 15 operarios a la empresa que gestiona este servicio, la catalana Gis Trade Center (GISTC), que explota la práctica totalidad de estas instalaciones en el resto de aeropuertos españoles. En concreto reclaman un aumento de plantilla. Aseguran que están «saturados» de trabajo. La sala VIP ha crecido de manera muy importante en la última década, marcando en 2023 un récord histórico de asistencia, con 110.000 clientes frente a los 57.000 de 2015.

«La compañía está incumpliendo la normativa de los descansos y trabajamos más días seguidos de lo estipulado», advierten. Además, fuentes sindicales señalan que no hay categorías pese a la diversidad de labores que en el salón se realizan (almacén, recepción, cocina...). «Todos tenemos la condición de auxiliares». Por último, piden mejoras como que GISTC se haga cargo del coste del parking o que negocie un acuerdo con Aena porque los empleados necesitan coche ya que, en función de los horarios, no hay manera de ir al aeropuerto en transporte público. El recinto abre a las cinco y media de la mañana.

Los paros de 24 horas que coincidirán con la Bienal se repetirán también los días 30 de junio y 28 de julio, coincidiendo con la operación salida de vacaciones de verano. Los empleados llevan ya varias semanas protestando durante una hora los lunes y los martes (de cinco y media a seis y media de la mañana). La sala VIP afronta ahora un momento crucial ya que está previsto que el próximo otoño entre en servicio la ampliación de la misma. El recinto pasará a tener dos plantas y duplicará prácticamente su superficie. La empresa que gestiona el servicio no ha respondido a las llamadas de este diario y el aeropuerto señala que es un conflicto laboral ajeno a su competencia, al afectar a una subcontrata.