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Las 5.000 trabajadoras de las residencias de Bizkaia están llamadas hoy la huelga. Los cuatro sindicatos del sector han convocado -por separado- movilizaciones para reclamar, en líneas generales, el «desbloqueo» de la mesa de negociación del convenio, la equiparación salarial con el Instituto Foral ... de Asistencia Social, unas ratios «dignas», el refuerzo de las plantillas y que se cubran las bajas «desde el primero momento». Las centrales, al margen de esas reivindicaciones, han querido denunciar que el Gobierno vasco «vulnera» el derecho a la huelga al establecer unos servicios mínimos del 100% en el caso de las gerocultoras y enfermeras.
«Son abusivos y los ha impuesto para invisibilizar a las trabajadoras que están denunciando la precaria situación que se está viviendo en las residencias. Es muy grave que pongan en servicios mínimos más personal que el que habitualmente presta servicio cualquier día ordinario», ha señalado Ander Akarregi, responsable de ELA, antes de arrancar de la plaza del Arriaga, algo antes de mediodía, la manifestación convocada por el sindicato mayoritario.
Al grito de 'Gora emakumek borroka' ha comenzado una cacerolada con la que quieren dejar claro, en palabras de Akarregi, que «vamos a continuar en la calle hasta lograr que se dignifiquen las condiciones de trabajo y se preste un servicio de calidad». «Hemos hecho 378 días de huelga, y la de hoy es la continuación de lo que venimos haciendo en los últimos años», ha explicado.
La pandemia, ha dicho, ha «evidenciado la falta de personal y la precariedad», con empleadas «trabajando más allá de sus posibilidades, con cargas inasumibles», doblando e incluso «triplicando turnos» y haciendo «auténticos disparates». Eso deriva en que «los índices de bajas son muy altos, y todos ellos obedecen a situaciones de estrés, ansiedad y de lesiones musculoesqueléticas». A su juicio, la Diputación «es el máximo responsable de lo que está sucediendo; es conocedora perfectamente de la situación y no toma ninguna medida para atajarla».
Marili Granados, de UGT, que se ha concentrado junto con CCOO junto al departamento foral de Acción Social, en Deusto, ha reiterado que «las trabajadoras llevan dos años en primera línea de combate frente al covid, sufriendo todo lo que han sufrido nuestros mayores y sin recibir ningún reconocimiento por parte de las instituciones y de la sociedad». La patronal, ha censurado, «no tiene ninguna sensibilidad y en más de un año no ha presentado ni una sola propuesta».
La representante de la segunda fuerza sindical del sector ha lamentado que se han visto «obligados» a convocar la huelga para «reclamar la atención de todos» y que «esa mesa de negociación se vuelva a abrir» con el objetivo de mejorar las condiciones «de los usuarios y de las trabajadoras», que están «machacadas, sintiendo una presión psíquica bastante importante».
Precisamente en las pancartas de las trabajadoras podía leerse que no pueden más. «Muchas de ellas se automedican para poder soportar las jornadas de trabajo», ha asegurado Raúl Regadas, de Comisiones Obreras. El portavoz ha reclamado que «la ratio sea calculada por turno y no en general, porque en el de noche hay 30 o 40 usuarios y cumple la ratio porque la media se hace entre los tres horarios». Y ha apelado a que haya «al menos una trabajadora por cada cuatro» internos por la mañana y por la tarde y «una por cada diez» por la noche.
Ane Escondrillas, de LAB, ha tomado la palabra junto al acceso a las Juntas Generales de Bizkaia, donde el sindicato abertzale había celebrado su movilización. En la misma línea, ha subrayado que «las caras de trabajo son insostenibles en el sector, no se atiende bien». De ahí que reclamen, además de la equiparación de las condiciones laborales de las trabajadoras con las del sector público, unas ratios «dignas y justas». «Es la segunda convocatoria -hubo otra el 14 de diciembre- y, como reivindicábamos la última vez, la negociación está totalmente bloqueada por parte de la patronal», ha censurado.
Asimismo, ha emplazado a la Diputación a «asumir la responsabilidad que tiene en la negociación de este conflicto laboral». Desde la entidad foral han declinado valorar el conflicto de las residencias, aunque sí lo ha hecho la principal patronal del sector, Gesca. El portavoz de la asociación, Aitor Pérez Artetxe, ha detallado que se pidió a las centrales «darnos este año» antes de hablar de mejoras laborales, ya que vienen de una temporada «terrible» con la pandemia, que ha supuesto «bajadas de un 25% de ocupación y un incremento de costes desproporcionado». «Mes tras mes, la postura era la equiparación con el IFAS y los sindicatos se han levantado de la mesa y decidido esto», ha lamentado. Reclamaron, ha dicho, «comprensión», porque esa exigencia es «inviable en cualquier escenario, y más ahora».
Respecto a las ratios, que «no lo pone en la convocatoria de huelga», ha aclarado que el establecimiento del número de usuarios por cada trabajador «depende del Gobierno vasco». En cualquier caso, ha subrayado, «el borrador del decreto estatal de mínimos, que se está planteando a años vista, pone como objetivo llegar al 0,5, algo que aquí está ampliamente superado».
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