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El mercado de La Ribera y la zona de Marzana han tenido una elevada afluencia de clientes durante todo agosto gracias a los turistas. Juan Lazkano

Los hosteleros retrasan las vacaciones para atender a los visitantes

En algunas tiendas de ropa los turistas han aportado «la mitad de la recaudación» en las últimas semanas

Domingo, 3 de septiembre 2023, 01:10

Ha sido un agosto atípico en Bilbao. Hace años, la ciudad se vaciaba por completo. Comercios, bares, restaurantes y taxistas, privados de su clientela habitual, aprovechaban las dos primeras semanas del mes para tomarse un descanso y coger fuerzas antes de Aste Nagusia. Algunos incluso ... cerraban todo agosto. «El 75% de los 2.500 locales de hostelería de Bilbao están en barrios y en zonas no turísticas», recuerda el presidente de bilbaoDendak, Rafa Gardeazabal. Son enclaves a los que no llega la magia del símbolo festivo. Pero el incremento de turistas ha alterado la rutina del tejido económico del centro. Cada vez más bares se mantienen abiertos o retrasan el descanso vacacional. «Hay un cambio de tendencia. Los negocios escalonan más sus vacaciones. Ya no todos concentran los cierres en esa primera quincena», explica Gardeazabal.

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El centro de Bilbao ha hecho el agosto con el turismo, aunque no los barrios. «El Casco Viejo ha estado a tope y cada vez más locales han abierto en Indautxu y en Abando», apunta. El gerente de la Asociación Vizcaína de Hostelería, Héctor Sánchez, agrega que los turistas, que antes eran más numerosos en invierno, «vienen todo el año y sobre todo en julio y agosto. Ahora, el Casco Viejo vive del turismo y también algunas zonas como Diputación y Ledesma». «El fenómeno ha ido cambiando los hábitos vacacionales y la oferta en la ciudad. Y aunque sigue habiendo establecimientos que han cerrado hasta pasado el día 15, muchos se han decidido a abrir para prestar un servicio complementario porque el turismo ha ido desbordando la zona tradicional de la Parte Vieja y se extiende más allá del puente del Arenal», abunda Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro. «Hay más oferta hostelera, y además muchos están adaptándose a las costumbres del visitante. Tienen la cocina abierta a las seis o a las siete de la tarde», ejemplifica.

El pequeño comercio, en cambio, ha seguido bajando la persiana. Excepto en el Casco Viejo, donde hay negocios de moda y complementos que han cerrado tradicionalmente y que ahora han decidido abrir. Olañeta, por ejemplo, lo hizo por las mañanas. La vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes de la zona y responsable de La Boutique de La Media, Rosa Pardo, explica que «muchos siguieron abiertos porque tuvieron unas buenas ventas gracias al turismo. Las transacciones subieron respecto al año pasado. Funcionó muy bien. En algunos comercios, los turistas aportaron más de la mitad de la recaudación del mes».

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