Ha sido una Semana Santa algo atípica. Arrancó de modo incierto para la Hermandad de Cofradías de Bilbao, que se vio obligada a suspender las cuatro primeras procesiones por culpa de la lluvia, y terminó ayer con los hosteleros bendiciendo las cajas que han ... hecho desde el pasado miércoles. La llegada de turistas extranjeros, pero sobre todo nacionales, ha superado las expectativas más optimistas.
Publicidad
El sector reconoce que todos los negocios han ido «muy bien» y que han llenado a diario mesas y barras. Muchos profesionales han vivido una actividad similar e incluso superior a la registrada en la Aste Nagusia. «No ha podido ir mejor. Solo hay que echar la vista atrás unos pocos años para recordar cómo era esto y cómo funciona ahora mismo», aplaude Unai Aizpuru, presidente de los comerciantes del Casco Viejo. «Y no hablamos solo de la plaza Nueva y calles adyacentes, donde no cabía más gente. La marea de turistas y, por tanto, de clientes llega ya a todo Bilbao la Vieja, La Ribera, San Francisco... ¡Es impresionante! Poco a poco, se van sumando más comercios de moda e incorporando nuevas zonas», se felicita por el gesto de los viajeros de «gastar a manos llenas» seducidos por una oferta culinaria con fama internacional.
Esta alegría, sin embargo, no ha sido del todo completa. Las pernoctaciones hoteleras han caído tres puntos con respecto al año anterior. Los empresarios, en absoluto, reniegan de las ocupaciones registradas entre el jueves y el sábado, que rozaron el 88%, frente al 91% de 2017. «Si totalizamos todo el periodo festivo, que va desde el miércoles hasta ayer, las ocupaciones fluctuarían entre el 76% y el 78%, cuando hace doce meses, con cifras récord, rondamos el 81%. Vamos a andar, por tanto, solo un poco por debajo de las cifras de entonces», desvela Álvaro Díaz-Munío, presidente de Destino Bilbao.
El malestar de los hosteleros deriva, más que de la respuesta de los turistas, que consideran «muy buena», de la sensación de haber dejado pasar una gran oportunidad, «pero por causas ajenas a nosotros», matiza. En línea con las quejas expresadas por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que se mostró «indignado» por las predicciones que «espantan» a los turistas que habían elegido su comunidad como destino, los hoteleros bilbaínos también están cansados de las fallidas previsiones meteorológicas. «Nos hacen mucho daño porque siempre nos ponen una nube en los telediarios. Esto retrae a mucha gente. Es imposible reparar el daño causado, ya que no hay manera de recuperar al cliente que pensaba venir aquí y finalmente se echa atrás porque durante muchos días ha estado escuchando que iba a llover en Bilbao. Por desgracia, son errores que se repiten con bastante asiduidad y afectan gravemente a nuestras cuentas de resultados», se lamenta.
88% Los hosteleros están contentos con los porcentajes de ocupación registrados del jueves al sábado, pese a suponer un descenso del 3% con respecto al pasado año, cuando batieron récords. Están convencidos de que las pernoctaciones habrían sido mayores de no haberse alargado la temporada de esquí y de no haberse producido «previsiones meteorológicas tan fallidas. Siempre nos ponen una nube», se queja Díaz-Munío, presidente de Destino Bilbao.
Al completo La hostelería del Casco Viejo ha trabajado al completo. Y no solo eso: más de 80 comercios, fundamentalmente de moda, complementos y alimentación, han abierto sus puertas estos días. «Los resultados no han podido ser mejores», se congratula Unai Aizpuru.
No obstante, Díaz-Munío admite que el descenso de reservas se ha debido también al papel jugado por «un rival inesperado». Destino Bilbao asume que la «competencia de las pistas de esquí» ha restado en esta ocasión cerca de un 3% de viajeros. «La temporada se va a alargar este año hasta mayo y al final nos ha terminado afectando», confiesa.
Publicidad
Curiosamente, los hosteleros han afrontado estos imponderables con mejores resultados que el año pasado. La mejoría ha alcanzado no sólo a los establecimientos del Casco Viejo, donde el 100% levantó la persiana e hizo el agosto. El atractivo turístico de la capital vizcaína también ha llenado las cajas de numerosos locales del Ensanche -donde cada año abren más bares, pubs y restaurantes- e Indautxu, que han acomodado su actividad al paso de los nuevos tiempos.
Héctor Sánchez
García Rivero, por ejemplo, ha recuperado estos días estampas muy similares a las que vive en jornadas con partidos del Athletic de por medio. «Los actos del Basque Fest y los organizados por los propios comerciantes han sido fundamentales para garantizar una afluencia tan masiva y unas recaudaciones tan buenas», explica Héctor Sánchez, presidente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia. «Han abierto negocios de la calle Diputación que no trabajaban otras veces. Si cada vez abren más locales es porque los hosteleros han descubierto que la Semana Santa es rentable y merece la pena».
Publicidad
Carlos Cámara
Y «mucho», reconoce Carlos Cámara, dueño del restaurante Abando de Colón de Larreátegui, que destaca el poder adquisitivo de los clientes que han recorrido estos días las arterias más céntricas de la villa. «Se ha visto mucho turismo del bueno. Andaluces, valencianos, madrileños... No es un turismo, para entendernos, 'mochilero'. Son clientes con una cultura gastronómica que han venido a probar diferentes vinos, cervezas, txakolis... Te piden el mejor bacalao o el mejor tomate. Son unos clientes que generan, además, muy buen ambiente», relata.
Los turistas que han escogido Bilbao para disfrutar estos días de asueto han encontrado la mayor oferta comercial en el Casco Viejo. Sin embargo, aunque de forma tímida, cada vez más zonas se 'abren' a los clientes, sobre todo en 'puntos' calientes', como la Plaza Arriquibar, junto a la Alhóndiga. Cuestomeus, una singular zapatería que customiza el calzado, levantó ayer la persiana mañana y tarde. Es la primera vez que lo hacía en Semana Santa y espera repetir en futuras ocasiones. «Esta zona no es tan turística como el Casco Viejo, pero es muy importante que los comercios estén abiertos porque a todos nos gusta, cuando nos vamos de vacaciones, encontrarnos tiendas abiertas», explica Iker Udaondo. «Siempre que se trate de una elección libre y de que haya gente dispuesta a comprar, creemos que el comercio debe responder por la buena imagen de la ciudad», asegura el dueño.
No obstante, la masiva afluencia de visitantes sigue despertando incertidumbre entre los hoteleros. El presidente de Destino Bilbao insistió ayer en que la apertura de numerosos hoteles y alojamientos en la capital puede provocar «una larga crisis» de rentabilidad en el sector. «Con los 14 días que suman las grandes citas internacionales de los MTV, las finales de rugby, el BBK Live o la gala de 'The World's 50 Best Restaurants' no se pagan las nóminas de los empleados de todos los hoteles de la villa. 2017 fue también un año estupendo, pero los hoteles no se cierran o abren en función de estas noticias. Las vemos con muy buenos ojos, porque son maravillosas, pero no nos pueden hacer perder la cabeza».
Muy cerca, en el Bilbao Berria, de la calle Ledesma, también han vivido jornadas de intenso ajetreo. «Bien, bien, bien», explica el maïtre, José Antonio Ramos. «¡A tope! Así hemos andado desde el miércoles. Se habla mucho del Casco Viejo, pero la marea de la Semana Santa se expande ya por toda la ciudad. Tan hasta arriba hemos estado, con llenos a todas horas, lo mismo por la mañana que por la noche, que no nos ha quedado más remedio que multiplicarnos para atender el nuevo local que hemos abierto en Juan de Ajuriaguerra», detalla.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.