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Asier Martínez y las pequeñas Jule, de 3 años, y Lize, de seis meses.

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Asier Martínez y las pequeñas Jule, de 3 años, y Lize, de seis meses. Jordi Alemany

«Estaban aburridos de jugar en casa»

Los niños vuelven a descubrir lo que es la calle sin tiempo limitado aunque sus padres hacen virguerías para que sus hijos aprovechen al máximo las horas al aire libre

Martes, 26 de mayo 2020

Hace hace justo un mes, 301.000 niños, menores de 14 años, el 13,8% de la población vasca, pudieron por fin salir a la calle una hora y a no más de un kilómetro de su domicilio entre el mediodía y las siete de ... la tarde para «aliviar el estrés del confinamiento». Con sus juguetes, bicicletas, pelotas y patinetes, eso sí, sin compartirlos con otros, y nada de ir a los columpios, que a día de hoy siguen vetados. Las ciudades, que durante mes y medio habían sido espacios hostiles y deshabitados de infancia y lugares de paso de adultos serios, con ojos tristes y labios apretados, recuperaban su alma y las voces infantiles. Este lunes, ayer, las cosas han vuelto a cambiar. Ya no hay franjas horarias para las familias con hijos, ni tampoco límites de tiempo para estar al aire libre. En muchas casas se acabó la presión de llegar a casa a las siete, de hacer tiempo hasta las doce o de mirar cada dos por tres el reloj. EL CORREO ha buscado a familias en parques y plazas de Bilbao para conocer sus sensaciones y su nueva forma de organizarse.

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