Miss Euskadi: «No puedes ir por la vida con la prepotencia de creerte la más guapa»

- ¿Por qué participaste en el certamen?

- Mis amigas vieron el anuncio y me animaron a presentarme al 'casting'. Aunque soy muy tímida, acabé haciéndoles caso.

- Ah, ¿se puede ser miss siendo tímida?

- ¡Cualquiera no se presenta a esto! Tienes que ser valiente. A pesar de mi timidez, cuando asumo un riesgo, tiro para adelante y me lo curro. Así que me inscribí. Pensé, 'si tengo el apoyo de la gente, ¿por qué no?'.

- ¿Cuáles crees que han sido tus bazas para ganar?

- Ir por mi camino, sin pisar a nadie y sin pensar que me había embarcado en un concurso. Igual había chicas más guapas, pero me han dicho que marqué la diferencia durante las entrevistas. Me hicieron un montón de preguntas en inglés, en euskera, en castellano... Les hice llorar.

- ¿Y eso?

- Les conté mi vida con autenticidad. Pasé anorexia y estuve ingresada dos meses, como quien dice sin ver la luz del sol. Había caído muy hondo y me preguntaba cómo era posible que yo estuviese ahí. Los médicos me decían que no era el prototipo de persona que sufre anorexia, y la verdad es que no tenía ningún problema que me hubiese llevado hasta ahí, pero pesaba 46 kilos y mido 1,73. Los médicos me dijeron que, si quería, salía adelante, y no lo dudé. Todo esto lo conté sin llorar, intentando demostrar mi fortaleza, y creo que me vieron valiente. Me considero una luchadora. Lo conté porque quería lanzar un mensaje de esperanza: de todo se sale, puedes conseguir lo que te propongas. También es una forma de visibilizar que las personas no somos perfectas, ni físicamente ni en otros planos. ¡Todos tenemos problemas! De hecho, cada miss tenía su historia.

- ¿Los concursos de misses se han convertido en una muestra de poder femenino más que en meros certámenes de belleza?

- Sirven para representar a la mujer empoderada. También guapa, sí, pero con otras cualidades y con sus historias personales.

- Había una aspirante transexual, una que había sufrido maltrato, otra con psoriasis...

- Claro, cada cual tiene sus experiencias y sus problemas. No somos perfectas, ni siquiera físicamente. No puedes ir por la vida con la prepotencia de creerte la más guapa. Cada persona es especial y tiene su belleza.

- ¿Es compatible el feminismo con los concursos de misses?

- Por supuesto, depende de cómo los entiendas. También sirven para hacer reivindicaciones.

- ¿Qué harás el 8 de marzo?

- No soy mucho de salir a la calle, pero apoyo las reivindicaciones, como todos.

- ¿Hay alguna mujer que te sirva de referente?

- Mi madre y, con ella, todas las madres anónimas que luchan día a día. Ya lo dije también en el discurso.

- A ella se le saltarían las lágrimas al oírlo, ¿no?

- A mi madre le cuesta llorar. Se guarda las lágrimas. Ha tenido una vida dura, ha enviudado dos veces. Mi padre murió cuando yo tenía 6 años y mi madre tuvo que sacarnos adelante a mí y a mis hermanas. Su ejemplo me ha dado mucha fuerza.

- ¿Qué te dicen en casa?

- Que en menudo lío me he metido. Bueno, me lo decían al principio, porque ahora están contentas.