«Hago hasta ocho viajes en bici al día»

Los cambios vividos los últimos años en las ciudades, donde los carriles bici han proliferado en detrimento del coche, han animado a usuarios de todas las edades a lanzarse a los 'bidegorris'. Si a esto le sumamos que cada vez hay más servicios de ciclos eléctricos públicos a precios asequibles, ya podemos empezar a hablar de la bicicleta como el transporte del futuro para las distancias cortas. Incluso entre las personas más mayores.

El mejor ejemplo es la penetración que ha tenido el servicio 'Bizkaibizi', el sistema foral de bicicletas eléctricas, entre los vecinos de todas las franjas de edad de los nueve municipios del Gran Bilbao en los que funciona. El 20% de sus usuarios supera los 50 años. Incluso, una de las diez personas que más veces se ha subido a una de estas unidades desde que echaron a rodar el pasado octubre alcanza los 78.

Se trata de Ángel Fernández, vecino Getxo. Usa estas bicicletas «para hacer ejercicio». Cada mañana recoge una en la parada de Las Arenas y marcha hasta la playa de Ereaga, donde dedica una media hora a caminar. Después, vuelve a tomar el ciclo y regresa a su casa. A la tarde repite el plan.

Ángel ha sido premiado por su fidelidad al servicio junto a los otros nueve usuarios más habituales. Ayer por la mañana toda la grupeta estaba citada junto a la estación de 'bizkaibizis' de la Intermodal, en Bilbao. Aunque solo asistieron cuatro, los que sí que estaban eran los responsables forales del servicio, a quienes Ángel aprovechó para advertirles de que «empezó funcionando muy bien, pero los cambios están empezando a fallar. Antes llamabas al teléfono de atención y respondían, ahora cuesta más. Y cada vez veo más casos de mal uso», advirtió. También pidió más carriles bici, ya que atrás queda aquel joven aventurero «que iba volando por carretera».

Mikel Zubia y Mikel Austri son dos jóvenes de 18 y 17 años. Son amigos y han coincidido en el listado de los usuarios más activos de 'Bizkaibizi'. Uno es de Sestao y el otro de Portugalete, así que han encontrado en este sistema el medio para acortar el tiempo que tardan en verse. «Hacemos hasta ocho viajes al día. Lo usamos para todo. Ir a clase, al colegio o a entrenar. También para volver a casa por la noche», coinciden. Aunque en este último ejemplo matizan que no siempre pueden: «El servicio acaba a las doce».