Hacienda estrecha el cerco a los pagos en metálico superiores a 1.000 euros y los pisos turísticos

A lo que aspira Hacienda en su programa de inspecciones fiscales de este año es, en definitiva, a recabar toda la información posible de aquellos contribuyentes que es más difícil rastrear. Pondrán la lupa sobre elementos clave de sus negocios como la localización, enfatizando en aquellos que se sospecha que pueden recurrir a la ingeniería fiscal para tributar en el extranjero mediante estructuras artificiosas.

Conocer el volumen y la rentabilidad real de los negocios es el otro gran objetivo que perseguirán durante el año los inspectores vizcaínos. Es por ello que refozarán los controles sobre el comercio electrónico y las empresas que disponen de sistemas de pago alternativos a los métodos tradicionales (y que muchas veces no están obligados a comunicarlos a la Administración foral).

Hablamos, por lo tanto, de las criptomonedas. El cuerpo de inspectores de la Diputación, que contará con una nueva unidad de lucha contra el fraude fiscal, verificará si la información suministrada en las declaraciones sobre esta moneda electrónica es verídica. Lo mismo ocurrirá con la organización de eventos y los alquileres turísticos, dos negocios en los que las transacciones económicas habitúan a realizarse 'online' que Hacienda quiere monitorizar. El objetivo, dicen, «es tener una imagen más completa de los servicios que operan en la red».

Lo que ocurre con los pisos turísticos –un recurso alojativo que todas las Administraciones han puesto en el punto de mira– es que la Diputación sospecha que algunos propietarios no declaran la renta que obtienen por esa actividad. Es por ello que el fisco vizcaíno pondrá la lupa y cruzará dos fuentes de información. Una es la declaración que presentan ya todos los intermediarios que actúan en este mercado –Booking, Airbnb, inmobiliarias, etc–, en la que revelan a Hacienda qué viviendas han colocado en el mercado, quién es su propietario y cuantos ingresos ha generado su alquiler. La segunda serán las declaraciones de impuestos de los propietarios para verificar que efectivamente han declarado como ingresos todo lo que han recibido.

Sin embargo, la irregularidades sobre las que Hacienda quiere poner la lupa no solo ocurren en el mundo electrónico. Lejos de las pantallas y los algoritmos, la Administración foral reforzará los controles sobre los autónomos y las empresas que «desarrollan actividades económicas en sectores con alto riesgo de existencia de económía sumergida». Es decir, en aquellos comercios en los que no se admiten pagos mediante sistemas bancarios y el uso del efectivo es más habitual. Esta línea estratégica impulsará a la Hacienda vizcaína a intensificar el control a los pagos en efectivo superiores a los 1.000 euros.

La culminación de la implantación del sistema Batuz, que incluye la puesta en marcha de la factura electrónica, va en esta línea. El 1 de enero de 2026 todas las empresas y autónomos del territorio deben contar con esta herramienta, que utiliziará Hacienda para seguir la pista del dinero en tiempo real.

La diputada foral de Hacienda, Itxaso Berrojalbiz, precisó este jueves que la lucha contra el fraude fiscal no puede solo combatirse con «medidas coercitivas», sino que también hacen falta «actuaciones preventivas» que faciliten a la ciudadanía el contacto con la Administración y eviten irregularidades. De ahí que se vaya a desarrollar una nueva página web para presentar la autoliquidación del Impuesto de Sociedades, se modifique la normativa del IVA para evitar fraudes en la tributación de los hidrocarbunos y se amplíen las formaciones de educación tributaria a los dos últimos curso de primaria y los tres primeros de secundaria.