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Un grupo de pasajeros consiguió rescatar ayer a una niña que quedó atrapada en el hueco que hay entre la puerta del vagón y el andén en la estación de metro del Casco Viejo. El incidente, que originó escenas de gran tensión, se produjo en torno a las 9 de la noche, cuando la niña y su madre se disponían a salir del convoy. «Hemos pasado mucho miedo», relata a EL CORREO una de las personas que ayudó a la pequeña.
Según el relato de los testigos, la niña iba con un paraguas en la mano cuando introdujo el pie en el hueco. No saben cómo llegó a quedar encajonada, pero recuerdan con precisión lo que pasó después. «La niña empezó a gritar desesperada y la madre se puso como en cuclillas para tratar de liberarle el pie», explica una joven que estaba en el metro.
Fue entonces cuando se movilizaron los pasajeros que estaban allí, tanto dentro del vagón como los que esperaban en el andén. Lo primero que hicieron fue colocarse en la puerta para evitar que se cerrase. Al mismo tiempo, otros pasajeros ayudaban a que sacarle el pie. «No sabría decir cuánto tiempo estuvimos así. No fue mucho. Pero se hizo larguísimo», explica la misma testigo.
¿Qué medidas de seguridad tiene el Metro de Bilbao para casos como este? Fuentes oficiales explican que el suburbano tiene un sistema automatizado que despliega unos grandes retrovisores en la cabina del conductor en cuanto se para en una estación. Con estos espejos se pueden observar todas los accesos. Las puertas se cierran automáticamente después de las señales sonoras. Es el maquinista el que se encarga de comprobar que no hay nadie en las puertas antes de volver a poner en marcha la máquina.
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