Casi parecía Nochevieja. Sólo faltaron las campanadas, pero las personas, en su mayoría jóvenes, que se encontraban en la noche del viernes en las calles del Casco Viejo de Bilbao celebraron por todo lo alto la llegada de las doce horas. No era para ... menos. En ese momento, ya 26 de junio, entraba en vigor la nueva normativa del Gobierno que eliminaba la obligatoriedad del uso de la mascarilla en exteriores. Y los parroquianos de la zona de bares de Barrenkale que se encontraban fuera de los establecimientos hosteleros se quitaron todos sus tapabocas entre gritos de júbilo y aplausos.
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De esta forma, muchos jóvenes comenzaron a ondear sus mascarillas como si fueran banderas, mientras que otros bailaban felices de poder volver a verse de nuevo las caras en la calle tras tanto tiempo. El ambiente de animación en esta zona del Casco Viejo se vio incrementada por la extensión del horario de la hostelería hasta las dos de la madrugada y el buen tiempo propio de la temporada estival. Un verano que se presume sin tapabocas. Por lo menos, en el exterior.
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