Tramo de la arteria pri ncipal de Bilbao que se peatonalizará entre la plaza Circular y la zona de El Corte Inglés. manu cecilio

La Gran Vía se cerrará al tráfico desde febrero entre la plaza Circular y Urquijo

No hay dinero reservado para reurbanizar la zona, por lo que la calle se reorganizará con jardineras, señales y pintura

Sábado, 12 de noviembre 2022, 01:46

La presentación de los Presupuestos municipales es también un momento de reencuentro con proyectos recurrentemente anunciados y largamente olvidados. Ya se ha hablado en estas ... páginas de la Ría Digital, que tras cuatro ejercicios de incumplimientos, de no sacar adelante una partida recogida desde 2019, finalmente se ha caído de las Cuentas de 2023. También está, cómo no, la semipeatonalización de la Gran Vía entre la plaza Circular y Alameda Urquijo. Pero esto es diferente porque finalmente llegará el próximo ejercicio. Y pronto, el 1 de febrero. A partir de ese día se cerrará al tráfico privado este tramo de la arteria más céntrica de Bilbao, el que pasa frente a El Corte Inglés. Pero se hará sin apenas obra. Mediante una maniobra de «urbanismo táctico». Ahora lo explicamos.

Publicidad

La semipeatonalización de la Gran Vía en este segmento es una idea que lleva años dando vueltas en cajones y siendo anunciada con cierta periodicidad. Hace exactamente doce meses, en noviembre de 2021, el entonces concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, dijo que al fin había una partida de 728.000 euros para ejecutar la obra en 2022. Pues tampoco ha podido ser. Desde el área ahora dirigida por Nora Abete explicaron a este periódico hace un par de meses que no había sido posible arrancar con el tajo porque se había revelado más complejo de lo inicialmente previsto: con la obra de reurbanización se iba a aprovechar para mejorar servicios que discurren bajo el asfalto (electricidad, saneamiento, etcétera). Así que se pospondría a 2023.

Pero es que en los Presupuestos de 2023 no hay partida presupuestaria para ello. Sufre un poco la confianza en la gestión municipal. ¿Qué está ocurriendo? Según explica Ignacio Alday, director de Movilidad, la obra de reurbanización de la calle «se nos ponía por las nubes» en cuanto a precio por el hecho de andar metiendo mano en las tripas, en el subsuelo. Es decir, ensanchar aceras y dejar la Gran Vía en esta zona como está frente a la Diputación sería un tajo accesible, razonablemente barato. Pero andar moviendo tubos y demás ya es otra cosa. Así que todo eso tendrá que esperar, dice Alday, a que el resto de concejalías implicadas arrimen el hombro en materia de financiación. Hay que recordar que Movilidad está en manos de los socialistas, mientras que Obras y Servicios la gestiona el PNV. Aunque quizás esto no tenga nada que ver.

«Urbanismo táctico»

La reforma de la calle «se nos ponía por las nubes» si se actuaba en el subsuelo, dicen desde el Consistorio

¿Quiere esto decir que la Gran Vía entre la plaza Circular y Urquijo se va a cronificar como está ahora, con todo ese tráfico? No. Aquí entra en juego el «urbanismo táctico» del que habla Alday. El 1 de febrero se cerrará el tramo al tráfico privado y sólo se permitirá la circulación del transporte público, como en el resto de la calle hasta Moyúa. Pero se hará manteniendo, básicamente, la fisonomía urbana. Simplemente se pondrá una señal de prohibido el paso, unas jardineras, unas rayas pintadas en el asfalto, y la zona quedará a disposición de los peatones. Para ello sí hay una partida mínima en los presupuestos, de 260.000 euros, bajo el epígrafe 'Obra civil derivada del PMMS'.

Publicidad

Un carril por sentido

«Por el momento no ampliaremos las aceras», explica el director de Movilidad, pero sí se va a cumplir con el espíritu de la medida, que es dar más espacio al peatón sobre los coches. Por medio de esas macetas y señalización horizontal se dejará un carril en cada sentido para el tránsito de autobuses y en medio de la calle se creará una especie de «isleta» exclusivamente reservada para caminantes.

La excepción

Sólo se permitirá la circulación del transporte público, como en el resto de la calle hasta Moyúa

No parece una intervención muy ambiciosa por el lado estético, pero al fin y al cabo cumple con su cometido. Se va a esperar a hacerlo el 1 de febrero para evitar liar las cosas en este entorno durante la campaña comercial vinculada a la Navidad y posteriores rebajas.

Publicidad

De manera paralela, y por verle cosas positivas, una maniobra de tan escaso impacto físico y tan fácilmente reversible va a hacer posible también analizar el efecto del redireccionamiento del tráfico. Lógicamente en el Área de Movilidad ya han estudiado cómo se van a comportar los flujos de coches en esta nueva situación: los vehículos procedentes de Hurtado de Amézaga, donde ahora giran a la izquierda en la plaza Circular, deberán continuar obligatoriamente por Buenos Aires, girar por Ibáñez de Bilbao y tomar luego Mazarredo para continuar por Alameda Urquijo. Lo que se posibilita ahora es analizar la situación de un modo real y durante tiempo.

¿Cuánto tiempo? ¿Cuándo será posible hacer una obra en condiciones que no deje esta parte tan céntrica de la ciudad en semejante situación de provisionalidad? Como pronto, en 2024. En realidad no se trata de nada inédito porque las peatonalizaciones junto a colegios también se han ejecutado según esta misma táctica, simplemente cerrando las calles y pintando el asfalto. Se ve muy bien en Fernández del Campo, por ejemplo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad