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La mayoría del agua que bebe Bizkaia procede de los embalses de Ullíbarri-Gamboa y Urrunaga, con 192,601 hectómetros cúbicos de capacidad. El tercero ... más importante es el de Ordunte, en Burgos. Completan las reservas otras cinco presas más pequeñas, además de ríos y corrientes subterráneas. Tras un otoño con lluvias copiosas en los que incluso hubo que realizar desembalses para evitar inundaciones, ahora están al 72% de su capacidad, casi un 4,5% más que el año pasado por estas fechas, pese a la ola de calor.
«No se ha percibido porque, aunque haya habido más consumo, parte de la población también se ha desplazado», explica Pedro Barreiro, gerente del Consorcio de Aguas de Bizkaia, entidad que nació en 1967 con la participación de 19 ayuntamientos, la Diputación y el Gobierno vasco y que ahora suma ya 97 consistorios de los 112 del territorio. En este momento hay 158,064 hectómetros cúbicos disponibles de agua potable. «Más de un millón de vizcaínos podrían beber durante todo un año aunque no cayera ni gota», sentencia.
Además de embalses, Bizkaia se nutre de recursos hídricos de ríos y corrientes subterráneas. De ahí, el agua se prepara en plantas potabilizadoras antes de terminar en el grifo. La más importante es la de Venta Alta, en Arrigorriaga, que trata siete metros cúbicos por segundo. Para el abastecimiento del Duranguesado, por ejemplo, juegan un importante papel los depósitos subterráneos. Los 16 ayuntamientos de Busturialdea (45.000 vecinos), entre ellos Gernika, Mundaka y Bermeo, y los de Lea Artibai (7.000 vecinos), cuyo abastecimiento depende de caudales propios, sí que se ven comprometidos en verano, porque los ríos que atraviesan estas comarcas acusan ya la falta de lluvias.
«Aquí sí se aprecia riesgo de desabastecimiento; hay un déficit estructural de cien litros por segundo para dar un servicio sin limitaciones y garantizar el caudal ecológico en los ríos», ilustra el gerente. El Consorcio está reparando fugas, habilitando nuevos puntos de captación... Pero la solución definitiva será llevar agua del Zadorra por una tubería desde Mungialdea hasta Bermeo, desde donde se canalizaría a todos los grifos de los municipios afectados. Está en fase de proyecto y, según las primeras estimaciones, supondrá un desembolso de unos 17 millones de euros.
En Lea-Artibai también beben de manantiales y riachuelos. La búsqueda de agua bajo tierra es un clásico desde hace años. En verano de 2021 arrancó el sondeo subterráneo de Ibazeta, en Markina. Ahora finaliza el de Berriatua B, que permitirá extraer diez litros por segundo de las entrañas del subsuelo. Este año se ejecutará otra cata en el antiguo balneario de Urberuaga.
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