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La polémica sobre la demora en la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) volvió ayer al Parlamento vasco con sendas interpelaciones del PP y EH Bildu al consejero de Transportes, Iñaki Arriola. Ambos partidos quisieron conocer los pormenores de un proyecto que sigue adelante, ... pero que avanza muy lento. Era la primera comparecencia de Arriola en la Cámara de Vitoria después de que, hace una semana, diera a conocer que el trazado (sin tener en cuenta los accesos a Vitoria y Bilbao) no estará terminado hasta, al menos, finales de 2026 o principios de 2027, admitiendo que «los plazos no estaban bien calculados».
La representante popular Muriel Larrea y el parlamentario de la coalición abertzale Unai Fernández de Betoño pidieron al responsable socialista que rindiera cuentas y que valorara la evolución de los trabajos y su «elevadísimo» coste. Arriola no varió su postura con respecto a lo que ya dijo hace ocho días, cuando aseguró que el cronograma para la entrada en servicio de la 'Y' vasca se fijó en el pasado «más con el corazón» que con la cabeza y que su obligación, como consejero, es ofrecer una estimación «realista».
En este contexto, reiteró el plazo de 2026 o principios de 2027 como fecha para la finalización de las obras. Eso siempre sin contar con los accesos a Bilbao y Vitoria, verdadero escollo final de un plan que comenzó a plasmarse sobre el terreno en 2006, pero del que ya se hablaba en 1989.
El discurso del consejero de Transportes dejó una novedad: que el Gobierno vasco prevé tener definidos los accesos a las capitales vizcaína y alavesa, al menos sobre el papel, antes de que finalice esta legislatura (2024). Para ese momento todo debería estar ya listo en los despachos y en los gabinetes de ingeniería, dando paso de forma inmediata al inicio de los trabajos de perforación de ese largo túnel que llevará la alta velocidad a Bilbao.
En esta línea, Arriola informó de que los estudios informativos están ahora en su tramitación ambiental. Cuando tengan luz verde, desde un punto de vista ecológico (y se sepa cuál es la mejor opción), las autoridades licitarán la redacción del proyecto constructivo. Tan pronto como la labor de ingeniería concluya, llegará la hora de las máquinas. El consejero no ocultó que el Gobierno vasco aspira a liderar en adelante este tajo, el que prevé meter el TAV en el corazón de Vitoria y Bilbao. Por el medio hay mucho trabajo, porque, apuntó, «es una obra de una complejidad extraordinaria».
«Las obras de la 'Y' vasca son de una complejidad extraordinaria»
«Además de corazón, usted debe poner gestión, técnica y voluntad»
«¿Cuánto va a costar el TAV? ¿6.000 millones? ¿10.000? Ni siquiera usted lo sabe»
El debate ayer en el Parlamento vasco sobre la llegada del TAV tuvo algunos momentos broncos. La representante del PP Muriel Larrea acusó a Arriola de llevar a cabo una mala gestión en este asunto, y afirmó que los acuerdos en Madrid ente PNV y PSOE han sido «malos para los vascos» porque han demorado el proyecto. El consejero le respondió con una batería de datos sobre las inversiones que se han ejecutado en el TAV con gobiernos populares y con ejecutivos socialistas. «Queda demostrado que el PSOE ha tenido más voluntad e implicación que el PP», dijo. Además, Arriola aludió a ETA. «No todas las dificultades se pueden atribuir a la banda terrorista, pero sus comandos extorsionaron, amenazaron a constructoras relacionadas con las obras y, lo más grave, mataron al empresario Inaxio Uria».
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