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Sader, empresa de descontaminación de residuos asentada en Zorroza, podrá ampliar en un 40% su capacidad para gestionar residuos peligrosos. El Gobierno vasco ha autorizado a esta industria, la última firma potencialmente contaminante que opera en el núcleo urbano de Bilbao, a gestionar en torno ... a 30.000 toneladas más al año de ese tipo de desperdicios, que incluyen el tratamiento de lodos, aguas aceitosas, baños ácidos...
Portavoces del Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad confirman a este periódico que recibieron la solicitud el pasado 8 de julio. Esa petición responde, matizan, a que en la mercantil «ven una tendencia de incremento» en la recepción de material en los últimos años «y han querido tener más margen». La Autorización Ambiental Integrada (AAI), revisada en 2022, establecía en 79.150 toneladas el límite en el caso de los residuos peligrosos y en 42.000 el máximo para los que no lo son.
Desde ese mismo año, la planta recibía un camión cisterna diario cargado con lixiviados (líquidos y lodos que se filtran) de la central de basuras de Zubieta. Sin embargo, según anunció el diputado de Sostenibilidad de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio (PSE) el pasado enero «todos» esos restos (unas 3.400 toneladas al año) se enviarían a Bilbao al cerrar el Gobierno de Navarra el centro de tratamiento que los acogía por irregularidades. La agria polémica entre esos dos territorios -que está judicializada- ha contribuido a reactivar el movimiento vecinal que exige el traslado de Sader-Profersa fuera de Zorroza.
La intención del Grupo Agaleus, propietario de esta planta y también de la dedicada a la fabricación de fertilizantes Profersa, cerrada casi dos meses (entre mayo y julio) por orden del Gobierno vasco tras producirse dos incidentes en apenas 15 días, es trasladar la actividad de Sader para 2026 al Puerto de Bilbao. En el proyecto para la nueva instalación plantean aumentar un 20% su capacidad con respecto a la autorización de 2022, por debajo del volumen que pueden recibir desde agosto. Según precisan desde la compañía, en verano se aprobó un cambio «no sustancial en base a la normativa vigente, que es la que determina que este incremento no es significativo ni relevante, dado que no tiene repercusiones sobre la seguridad, la salud o el medio ambiente».
Esas 30.000 toneladas más, señalan, son la «capacidad autorizada», que no tiene por qué ser la «capacidad disponible». «Las toneladas que entren dependerán del mercado y de la actividad industrial; podrían entrar menos incluso de las autorizadas».
De momento, hasta el 31 de agosto, la factoría ha gestionado 50.775 toneladas de residuos peligrosos. Ese dato lo recoge la información remitida al Legislativo vasco por el consejero Mikel Jauregi a petición del parlamentario popular Álvaro Gotxi. El documento también detalla que el pasado año pasaron por las instalaciones de Zorroza 80.177 toneladas de residuos peligrosos, casi un millar más de lo que recogía la AAI de 2022. Ese 1,22% de exceso, según las mismas fuentes de la consejería, «no incumple ningún umbral» porque se tiene en cuenta, a la hora de valorar los posibles excesos, «la capacidad total de gestión». Esto es, la suma tanto de los residuos peligrosos como de los que no lo son. En ese sentido, aclaran, se trataron menos de los segundos de los que se podían gestionar, por lo que «la capacidad total no fue superada».
Portavoces de la firma, en ese sentido, detallan que en 2023 trabajaron con «111.642 toneladas de residuos», mientras que tenían autorizadas «121.140». De esa manera, insisten desde la compañía, «la gestión total fue un 7,85% menor de la cantidad total autorizada». En opinión del representante del PP, «eso es hacer trampas; se ha incumplido la autorización».
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