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La capacidad del TAV de generar controversias políticas es inversamente proporcional a la velocidad de sus avances. El consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes, Iñaki Arriola, dijo hace unos días que habría que ir pensando en un 'plan b' para poner en marcha la ... alta velocidad ferroviaria en Bilbao cuando la 'Y' vasca estuviese terminada, pero aún estuviese en obras el entorno de Abando, esto es, el gran soterramiento que cambiará el centro de Bilbao. En realidad, esto de la solución provisional es algo de lo que se había hablado ya hace muchos años para aprovechar el trazado mientras las grandes estaciones no estuviesen listas. Sin embargo, ayer, el alcalde Aburto reaccionó de un modo muy airado ante esa posibilidad, que vio «absolutamente inaceptable». No quiere, en fin, ninguna alternativa al soterramiento, quizás porque lo último que le hace falta a este proyecto tan retrasado son soluciones provisionales que amenacen con cronificarse.
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Este martes, en la rueda de prensa tras el consejo de Gobierno, el portavoz del Ejecutivo, Bingen Zupiria, asumió como posible esos planteamientos provisionales que tanto disgustan al alcalde. Por supuesto, Zupiria reiteró el compromiso tanto de Lakua como de Madrid de que la llegada del TAV sea soterrada. «Es incuestionable», enfatizó. Sin embargo, también asumió que hay «incertidumbre» en los calendarios (ya ni hay fecha para la entrada en servicio de la infraestructura), por lo que «es posible que en ocasiones se deban plantear reflexiones en paralelo» para que entre en servicio «cuanto antes».
¿Qué quiere decir esto? Que si «durante el tiempo que haga falta para culminar las obras» en las ciudades (también se refirió a Vitoria, no sólo a Bilbao) fuese necesario adoptar «soluciones transitorias» habrá que resolver el asunto entre «todas las instituciones». Eso sí, «cualquier planteamiento de transitoriedad o provisionalidad no debería aparcar sine die la llegada soterrada a Bilbao o Gasteiz».
Lakua contempla, como queda claro, esa posibilidad que rechaza Aburto. Ya se sabía porque lo había dicho Iñaki Arriola. La diferencia es que él es un consejero socialista, y Zupiria, quien lo confirmó ayer, es del PNV y portavoz del Gobierno. Eso dibuja una situación extraña en la que el alcalde parece haberse quedado solo en el rechazo frontal a cualquier alternativa temporal al soterramiento.
En las tiranteces también entró el socio socialista en el Gobierno local y teniente de alcalde, Alfonso Gil. Intervino el mismo lunes cuestionando al alcalde por la vía indirecta y abriendo el foco: dijo que tanto el Gobierno vasco como el español mantienen sus compromisos con el TAV, pero «no así otros, como la Diputación, que se inhiben. Que lo expliquen». La entidad foral, en la que también gobiernan en coalición PNV y PSE, siempre ha rechazado implicarse en la financiación del soterramiento.
Todo esto ocurre en un entorno en el que quizás el menor de los problemas sea dónde podrían parar los primeros trenes de alta velocidad que entrasen en Euskadi, toda vez que tras décadas de retrasos sucesivos ya se apunta a 2027 en el mejor de los casos. En medio, está pendiente la gran operación urbanística de Abando tras el soterramiento, que es lo que también le preocupa al alcalde.
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