El Gobierno central da luz verde al trazado de la Variante Sur tras 25 años de trámites

Según ha podido saber EL CORREO, el Consejo de Ministros que autorizará esta mañana un nuevo paquete de ayudas económicas para los damnificados por la dana que arrasó Valencia también va a da luz verde al Estudio Informativo de la VSF. Se trata del documento base del proyecto, el que define de una vez por todas el trazado de la infraestructura entre Santurtzi y el barrio bilbaíno de Olabeaga. Tendrá una longitud de 12 kilómetros y requerirá una inversión de 484,7 millones, 34 más de lo que estaba previsto en las últimas estimaciones económicas realizadas hace un par de años. En una segunda fase la infraestructura se extenderá hasta Arrigorriaga para conectar con la línea ferroviaria que va hacia la meseta, pero este es un asunto del que tocará hablar en otra ocasión porque avanza más despacio.

La aprobación del Estudio Informativo lleva el proyecto de la Variante Sur a un nuevo escenario. Tantos años después puede empezar a hablarse sin tapujos del inicio de unas obras que va a ejecutar el Gobierno vasco merced a una encomienda de gestión y cuyo coste descontará del Cupo que entrega anualmente al Estado. Se trata de un protocolo idéntico al que se ha seguido con las obras del Tren de Alta Velocidad en Gipuzkoa.

Si se cumple el cronograma «más optimista» que maneja Euskal Trenbide Sarea (ETS), la sociedad pública responsable de la ejecución de las infraestructuras ferroviarias vascas, las máquinas empezarán a trabajar a finales de 2025. Antes sus técnicos deben culminar el proyecto constructivo, que han ido adelantando durante los últimos meses sabiendo que el visto bueno del Ejecutivo central estaba al caer. Hace apenas unos días el Departamento de Movilidad Sostenible daba a conocer precisamente que en su Presupuesto para el ejercicio que viene reserva por primera vez una partida de 17,9 millones para el arranque de las labores. De momento no existe una previsión oficial que establezca cuándo podría estar acabado el trazado.

El final de la tramitación administrativa también da carpetazo a un conflicto institucional que viene marcando el proyecto desde hace más de una década. Aunque la mayor parte del trazado de la Variante Sur Ferroviaria se ejecutará soterrado, atravesará el valle de El Regato, el pulmón verde de Barakaldo, a cielo abierto. El Ayuntamiento de la localidad fabril, tanto cuando estuvo gobernado por el PSE como ahora con el PNV al frente, viene rechazando la posibilidad de que se construya un viaducto de más de 100 metros en la zona. La alcaldesa, Amaia del Campo, ha calificado el proyecto en varias ocasiones como «aberración medioambiental» y solicita que se soterre, pero las innumerables alegaciones municipales han sido rechazadas por las tres instituciones implicadas en el asunto.

Al papel del Gobierno central, el que ha decidido el trazado, y el del vasco, el que va a hacer la obra, hay que sumar el de la Diputación. La administración foral es la competente en cuestiones ambientales y para determinar si el impacto ecológico de cualquier proyecto que se ejecute en el territorio es tolerable.

Cuando el Gobierno central retomó el proyecto de la Variante Sur en 2015 elaboró un Estudio Informativo en el que solo contemplaba la posibilidad de construir un viaducto para que los trenes superen El Regato. Eran los tiempos en los que Rajoy pactaba con Sabin Etxea, y dos años después cedió la titularidad del proyecto al Ejecutivo autonómico. El Gabinete Urkullu evitó un cisma con Barakaldo, donde ya gobernaba el PNV, rehaciendo el Estudio Informativo: la revisión de 2019 contemplaba la opción del viaducto... y también la de soterrar el trazado. La decisión definitiva se dejó en manos de los técnicos, así que el Ministerio de Transportes pidió opinión a la Diputación.

El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vizcaíno, rebautizado ahora como de Medio Natural, se decantó aquel mismo año por la opción del viaducto porque considera que soterrar el trazado afectaría al pez espinoso, una especie protegida detectada en el río Castaños. Existe hasta un plan especial para garantizar su supervivencia.

Cuando parecía que el camino para la tramitación burocrática quedaba expedito entró en juego de nuevo el Ayuntamiento de Barakaldo, que en la pospandemia ha remitido hasta tres informes diferentes a las administraciones implicadas solicitando que la decisión se reconsiderase. Cada alegación ha obligado a abrir un proceso de análisis y una nueva consulta a la Diputación, ralentizando la aprobación del Estudio Informativo.

En todas las ocasiones el Gobierno foral ha dado la misma respuesta: viaducto. En este periodo, otro ayuntamiento gobernado por el PNV, el de Santurtzi, ha criticado veladamente la demora que estaba generando la insistencia del municipio vecino. «Nos encontramos en una situación de parón y los que pagamos los platos somos nosotros», lamentó la alcaldesa Aintzane Urkijo. La villa marinera tiene desde hace años un plan urbanístico para recuperar los 7.000 metros cuadrados que ocupa la playa de vías que desaparecerá con la VSF.

Antes del verano el Gobierno central dio por zanjada la vía administrativa para ultimar el Estudio Informativo, que ha estado 'colgado' del asunto de El Regato más de dos años. Aún así, informó al Ayuntamiento de Barakaldo de que aún disponía de una última opción: presentar un escrito de oposición al proyecto. Y el Consistorio fabril no se lo pensó. La decisión supuso un nuevo parón porque el trazado que estaba a punto de recibir el visto bueno en julio ha acabado siendo aprobado en noviembre. La razón es burocrática. Si Barakaldo no hubiera registrado su escrito de oposición el Estudio Informativo habría sido aprobado por el Ministerio de Transportes. La alegación, en cambio, obligaba a elevar el asunto a un Consejo de Ministros.