Las 'All Impiadas' del colegio Berrrio - Otxoa se han disputado esta mañana. Aitor, un niño de quinto de primaria, y Trini, usuaria de una residencia, han sido los maestros de ceremonias que han encendido el fuego olímpico. Así, con la antorcha - una escoba - en el ... pebetero - un cono - ha comenzado la tercera edición de las olimpiadas intergeneracionales que organiza este centro educativo.
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En estas particulares olimpiadas los alumnos de quinto de primaria se han juntado para hacer ejercicio con usuarios de residencias y personas con discapacidad física e intelectual. Se trata de un evento dirigido a fomentar el envejecimiento activo, la inclusión y la normalización de colectivos con diversidad funcional. Así, a través de una gincana con pruebas y obstáculos se busca que los estudiantes del centro se pongan en la piel de otros colectivos.
«Se agradece que podamos romper la monotonía de la residencia con días así, aunque me da vergüenza competir delante de tanta gente», explica Ángela, impresionada por las 150 personas que se han congregado en el pabellón de Berrio - Otxoa. Pese a su miedo escénico, los ánimos de una monitora le han alentado a recorrer el circuito de obstáculos. Agarrada a su andador ortopédico ha conseguido sortear todos los conos del itinerario. Al mismo tiempo, los estudiantes lo han recorrido con los ojos vendados o de la mano de otros ancianos.
En otra de las pruebas, los usuarios de las residencias o las personas con discapacidad intelectual han tenido que explotar globos que contenían papeles con palabras. Después, cuando cada pareja ha conseguido su hoja, las han juntado para formar frases en un mural. «Hoy mejor que ayer» o «El mejor trabajo es el que se hace en equipo» son algunos de los enunciados que se han podido leer.
«Con estas actividades conseguimos que los mayores se sientan niños otra vez», aseguran Maider y Lander, dos alumnos de diez años. Según cuentan, como desde su colegio realizan actividades con residencias, ya conocen a muchos de los ancianos que participan. El director de Berrio -Otxoa, Emilio de la Fuente, explica que eventos así forman parte de un plan de educación social basado en la metodología de 'aprendizaje y servicio'. «Por cada necesidad que se detecta, se genera un proyecto para asumirla», asegura.
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Por otro lado, el responsable de operaciones de la zona norte de los centros residenciales Colisée, Borja Lahuerta, asegura que actividades así son revitalizantes para las personas mayores, aún más después de la pandemia. «Que salgan de la residencia también es clave para quitarles el miedo a virus», añade.
El concejal de Acción Social del Ayuntamiento de Bilbao, Juan Ibarretxe, ha puesto en valor la importancia de estas actividades para hacer «una ciudad cada vez más inclusiva».
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