Getxo multa con 300 euros a una mujer por colocar comida a los gatos callejeros

Felicidad había participado en una reunión con responsables municipales el año anterior cuando iban a implantar el programa CES, de captura, esterilización y suelta de los gatos callejeros, defendido por los animalistas porque permite esterilizar a los gatos, lo que evita peleas, celos y camadas indeseadas, además de controlar su salud y desparasitarlos. El Ayuntamiento pidió los datos a las personas dispuestas a colaborar en el cuidado de los felinos y ella ya los había aportado a la Policía. Este programa está en marcha en municipios como Bilbao, donde 63 cuidadoras controlan y alimentan a cerca de mil gatos callejeros y además, cuentan con un permiso especial para que sigan haciéndolo durante el estado de alarma. Así que esperó a los agentes y habló con ellos. La identificaron. Un mes después, su sorpresa fue mayúscula cuando llegó a casa la propuesta de sanción de 300 euros. El Ayuntamiento asegura que le ofreció un descuento del 40%, que ella rechazó al tratamitar las alegaciones.

Ana Moreno, una vizcaína que colabora con asociaciones animalistas, la ayudó a redactar el recurso sin éxito. El concejal responsable dictó la resolución sancionadora definitiva el día 13 de marzo, un día antes de que Pedro Sánchez anunciara el estado de alarma. Y se la notificaron el 8 de abril, en plena emergencia. Indicaron que ya le comunicarían la cuenta en la que debía ingresar la cuantía. Moreno critica, por un lado, lo desproporcionado de la sanción por colocar comida en un recipiente, sin «ni siquiera dejar residuos». El apercibimiento, explicó, debería ser en todo caso de 30 euros. Cree que el Consistorio actúa de forma arbitraria al fijar la cuantía, ya que la infracción imputada, vulnerar el artículo 43 de la ordenanza municipal de animales que prohíbe alimentar a gatos «vagabundos», prevé sanciones de un máximo de 750 euros para los casos más graves, sin establecer mínimos. Por otro lado, recuerda que el Real Decreto establece la suspensión de los plazos de los procesos administrativos comunes durante el estado de alarma. Es decir, la multa no tenía que haber sido notificada, sostiene. Moreno apunta, además, que la ordenanza solo permite apercibir a los propietarios que alimentan a los gatos en la vía pública, no en la privada. Y que de estar esos gatos en un terreno particular, el Consistorio tampoco ha velado porque los dueños les alimenten y cuiden de ellos como marca la ley. «El Ayuntamiento es el único responsable de la situación dramática de las colonias y es moralmente inadmisible la imposición de multas por su desidia», explicó.

Moreno ha iniciado una campaña en la plataforma Change. org denunciando el caso. Más de 83.000 personas ya han firmado para mostrar su apoyo a Felicidad. Exige, además, que se permita a las autoridades alimentarles, tal y como ordena el Gobierno central, única autoridad durante el estado de alarma. Denuncia que Getxo no está permitiendo alimentar a los gatos, incumpliendo la instrucción enviada a todos los ayuntamientos por parte de responsables de los ministerios de Sanidad y de Derechos Sociales en la que se les insta a «poner en marcha de forma urgente» los protocolos para alimentar a los animales que habitan en los entornos urbanos para garantizar la salud pública porque «ello forma parte de las normativas del estado de alarma que rige en nuestro país», según informan los directores del Gobierno central en la carta a la que ha tenido acceso EL CORREO.

En 2011, Getxo se declaró tras una moción plenaria «municipio en favor de un trato ético con los animales», aunque sigue manteniendo las vaquillas festivas. El Ayuntamiento anunció en una rueda de prensa, con la intervención del entonces alcalde y del edil de Medioambiente, la implantación del programa CES en 2018 tras el envenenamiento de gatos callejeros el año anterior en Las Arenas publicado por este periódico. Los animales fueron tirados al contenedor. Moreno denuncia que de haber puesto en marcha el programa, no hubieran multado a Felicidad. Su implantación hubiera sido obligatoria para todos los consistorios vascos si el Parlamento hubiera aprobado la nueva normativa de protección animal, que con el adelanto electoral, ahora paralizado por el coronavirus, ha decaído.

El Ayuntamiento de Getxo, mientras, ha apuntado que «el programa CES está en vigor y se sigue realizando contando con el permiso de las comunidades de propietarios cuando la colonia esté en propiedad privada». Además, explicaron fuentes municipales, «en el área de Medio Ambiente no consta solicitud de cuidadoras autorizadas. El Ayuntamiento no está autorizado a dar permisos para dar de comer a los animales en propiedad privada, aunque podría mediar. Podría autorizar en vía pública cumpliéndose las normas de salubridad adecuadas». En la misma plataforma de firmas Change. org, una cuidadora ha iniciado una solicitud para solicitar carnés que les autoricen a alimentar a los gatos. «Es urgente regularizar la situación de los alimentadores de las colonias felinas en el municipio de Getxo. Nuestros gatos deben estar alimentados y cuidados. Dejarnos hacer nuestra labor desde la legalidad. No más amenazas e insultos por parte de los vecinos».