Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
María Rego
Jueves, 13 de agosto 2015, 18:12
Las vías comerciales de las principales ciudades del mundo han dejado escapar parte de su personalidad a cambio de convertirse en zonas cosmopolitas. Como dice la Real Academia Española (RAE), sus calles se han transformado en algo "común a todos los países". No importa que ... el paseo sea por Madrid, París, Roma o Tokio porque los escaparates incluso los olores asociados a cada marca se repiten uno tras otro en sus rutas de 'shopping'. Pero si uno mira más allá del modelito expuesto tras el cristal y se fija en sus precios verá que no todo es idéntico. La diferencia está en la etiqueta. Ese vestido que has encontrado en tu Massimo Dutti de referencia no cuesta lo mismo en Londres. Tampoco el bolso que compraste en Mango, a tres paradas de metro de tu casa, sale por igual precio en Moscú.
El imperio Inditex y la compañía de Isaac Andik, como sucede con otros referentes nacionales, se presentan de manera diferente dentro y fuera de 'casa'. La imagen 'low cost' que se les asocia aquí se evapora según se ponen kilómetros de por medio hasta convertirse en marcas dirigidas a un comprador de clase media-alta. De hecho, las mejores calles de países como China, Rusia o Estados Unidos reservan un espacio para estas tiendas junto a gigantes del lujo, en edificios emblemáticos y rincones estratégicos como el local de 4.400 metros cuadrados que Amancio Ortega adquirió hace unos meses en pleno Soho neoyorquino. En las estanterías de estos establecimientos se disparan los precios asequibles que se pueden encontrar en España.
Basta con realizar un rastreo online para comprobar esa impresión que más de un comprador ha tenido en sus viajes, a veces, transformada en la equivocación de hacerse con una prenda que al lado de casa le hubiera salido bastante más barata. Zara, por ejemplo, ha creado para la próxima temporada un vestido a la rodilla de inspiración boho, 100% poliéster en tonos terracota, que aquí se vende por 39,95 euros. En el resto de la zona euro cuesta 10 euros más y si viajamos hasta los países nórdicos sube cerca de 20. En Suecia esta pieza ronda los 59 euros (559 coronas), lo mismo que pagarían los rusos (3.999 rublos) o los nipones (7.990 yenes) por colgarla en sus armarios. Si la compra se hace en Estados Unidos hay que dejar 64,34 euros (69,90 dólares) y si es en los Emiratos Árabes el desembolso asciende a 73,34 (299 riyals). En México sale algo más económica, por 44,92 (799 pesos).
Adaptarse a cada destino
Pero estas diferencias en las etiquetas no solo responden a la capacidad adquisitiva de los clientes de cada país sino también a cuestiones relacionadas con los costes de alquiler de los locales o los impuestos que se aplican en cada lugar. De igual manera, las propuestas textiles que viajan fuera de España experimentan algunas variaciones en función de su destino. Mango, que en 2014 contabilizó el 80% de su facturación en mercados extranjeros, cuenta con un departamento de colecciones especiales que adapta los diseños a las peculiariades de cada zona, como la climatología o la morfología de sus habitantes. En los países árabes, por ejemplo, lanzó el pasado junio una línea pensada para vestir con elegancia tops con detalles de pedrería, pantalones palazzo... en las noches festivas durante el Ramadán.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.