El amor salva la vida a una joven anoréxica: «Quiero vivir por Jason y por mí»

Sus grandes ojos azules y sus pecas de niña buena dejaron de brillar cuando Chiara decidió comer poco más de un melocotón al día. En dos años, la joven llegó a perder 18 kilos, de 40, pasó a pesar tan solo 22. Su vida pendía de un hilo. Sufría anorexia y poco a poco su aliento y ganas de vivir se estaban acabando. Su familia tomó cartas en el asunto y hasta los 17 años estuvo ingresada en diferentes clínicas y participó en varias terapias. Pero no había luz al final del túnel. Chiara, harta de los tratamientos y de estar infresada en centros hospitalarios, no quería vivir.

Cuando sus padres, alertados por los médicos, ya se preparaban para lo peor, apareció su salvación: Jason. El amor fue capaz de conseguir lo que ningún tratamiento ni médico había conseguido en tantos años. Chiara empezó a comer. «Me sacaba y me compraba aperitivos como palomitas de maíz para picotear juntos. Pronto volví a sentir el placer de comer. Él me ayudó a recuperarme también mentalmente», explica la joven.

Ahora, Chiara ya tiene 19 años y continúa su relación amorosa con su 'salvador': «Quiero recuperarme, vivir por Jason y por mí», cuenta la joven que se ha animado a hacer pública su historia para ayudar a otras jóvenes inmersas en la anorexia. Hay muchas cosas buenas en el mundo, como el amor, para dejarse morir: «Me siento muy afortunada de que Jason me ayudara; él me vio en mi peor momento y siguió conmigo, por eso sé que me quiere», concluye.