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nuria rozas
Sábado, 30 de abril 2016, 02:00
Dice la Biblia que «por sus frutos los conoceréis». Siguiendo esta sentencia, y la multitud de comparecencias ante el juez, se podría afirmar que Mila ... Ximénez (Sevilla, 1952) es un huracán televisivo, con una lengua viperina y de fuerte carácter. Lo que la ha llevado a ser una de las tertulianas más cotizadas y la concursante mejor pagada en 'Supervivientes'. Se embolsa 30.000 euros a la semana -si aguantase todo el programa se iría cargada con unos 300.000 euros, más los 200.000 del premio final- y ya ha advertido que si gana, se jubila. Diría adiós a la televisión. Pero la isla hondureña, lejos de ser un paraíso terrenal con palmeras y hamacas, no se lo está poniendo nada fácil. «Echo mucho de menos mi vida y a mi hija. No era tan fuerte como pensaba, soy una pésima superviviente», confesó esta semana a punto de abandonar.
No es la primera vez que Paolo Vasile tienta a uno de sus ojitos derechos. La edición anterior se lo ofreció también. Pero un problema de salud la impidió acudir. Ahora, a punto de cumplir 64 años, se ha puesto el mundo por montera y se ha tirado del helicóptero. Metafórica y literalmente. Porque para pegar el gran salto de su vida, ha tenido que superar su fobia a las alturas. Para ello, se apuntó a un curso de supervivencia de cuatro días. «La primera vez que le dije que subiera conmigo a una torreta para tirarse, me contestó que subiera yo, que nanai de la China, le di la mano para ayudarla y se quedó ahí clavada», recuerda José Miguel Ogalla, el director de la Escuela de supervivencia Anaconda 1. Finalmente consiguió el reto. «Es una persona muy cachonda y se ríe por todo, tiene cambios de humor muy bruscos, pero también un gran corazón. Es muy emotiva y llora con facilidad», descubre el monitor. En su estancia en el campamento, Mila además aprendió a hacer fuego con una lupa, por fricción o con preservativos. Aunque la Miss España Carla Barber, que también asistió a estas clases, ha sido la alumna aventajada y ya ha conseguido prender la llama con los profilácticos en Honduras.
La colaboradora de 'Sálvame' saltó a las páginas del papel cuché en los 80, cuando se casó con el tenista Manolo Santana, con el que tuvo a su única hija, Alba, que hoy tiene 32 años. Le conoció cuando acudió de carabina de una amiga, que había quedado a cenar con el deportista. Y aunque lo suyo no empezó con buen pie, no se volvieron a separar. «Durante la cena no me encontraba bien, se lo dije a Manolo y me recomendó una copita de coñac. Yo entonces no tomaba nada de alcohol, salí de allí, tiré toda la mesa y le vomité encima», confesó hace unos días Mila sobre su historia de amor. ¿Qué pensó su amiga del robo? «Se quedó bastante echa polvo, pero qué le vamos a hacer, las cosas son así... Pájaro que vuela, a la cazuela».
Su matrimonio solo duró tres años y le sirvió para hacerse un hueco como escritora en las páginas de las revistas de tenis y en el periódico 'Abc'. Adoptó el apellido de su marido ('Café con Mila Santana', se llamaba su sección semanal en el diario) y entrevistó a Plácido Domingo, Cayetana de Alba, Andrés Segovia, Leonard Cohen, Pedro Almodóvar y Boris Becker, entre otros muchos.
Mila no guarda muy buenos recuerdos de su vida de casada y en más de una ocasión ha sostenido que su exmarido es un sinvergüenza y otras lindeces similares. «Durante mi matrimonio me encontré con un mundo tóxico, amoral e inmoral. Mi vida se convirtió en una noria de fiestas y excesos. Era, y es, una gente que tiene unos códigos de conducta donde no habría encajado nunca. Ellas lo que tienen muy claro es que su forma de vivir depende de una gran casa, un marido importante y una sociedad que las cubra. A mí esto me aburre mucho», se abrió en una entrevista a 'Lecturas'. Del mismo modo, su relación con su hija ha atravesado por altos y bajos. Alba estuvo hasta los 6 años con ella, después se fue a vivir con su padre hasta los 10. Estuvo un par de años con Mila y a los 12 volvió con Santana por motivos económicos. Ahora mantiene una muy buena relación con ella y con sus dos nietos, de 8 y 3 años.
«Puro fuego»
Tras el tenista, solo se la han conocido dos relaciones. Una, a finales de los 80, con José Sacristán y otra que duró varios años con un hombre que vivía en Marruecos, que aún hoy se desconoce su identidad. El romance no llegó a buen puerto, porque cada vez que había un problema la colaboradora cogía su maleta y ponía pies en polvorosa. «Mi trabajo les parece una tontería. Nunca me he sentido amada con generosidad. Mi relación con los hombres ha sido más carnal que caminar juntos en una misma dirección. Probablemente tendré mucha culpa también, no pienso en la otra persona, mi rebeldía me hace ir por libre. Pero es verdad que me han aguantado poco también». Con las mujeres corrió la misma suerte, se rumoreaba que mantuvo una aventura con la locutora Encarna Sánchez. Lo reconoció en 'Crónicas Marcianas', aunque más tarde se desdijo y lo negó.
Ese mismo carácter que le ha traído quebraderos de cabeza con los hombres, le ha servido para despuntar en el trabajo. Vehemente, encarnizada y polémica, se ha convertido en uno de los pilares de Telecinco. Carlota Corredera, su antigua directora en 'Sálvame', la elogia: «Mila es puro fuego y un animal televisivo. Me costaría llevar el programa sin ella».
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