«Me da pudor ir de guapa»

Suárez encarna aquí a una ardiente mujer que lo mismo flirtea con el patrón del yate que con el cocinero... My secret dream (Mi sueño secreto) se titula la película. Y puede que ese sea el sueño de una seductora insaciable, pero resulta que Blanca Suárez Martínez (Madrid, 1988) no es la leona que aparenta ser. «A mí ir de guapa me cuesta, eso de posar para lucirme me da mucho pudor -confiesa-. Yo no paseo así por un barco. Ni por la vida». Es más, esta ex chica Almodóvar, que no opina sobre los papeles de Panamá, icono de la generación del piercing y cotizada modelo publicitaria afirma que ni siquiera se ve «especialmente sexy» cuando se mira al espejo, que tiene complejos a la hora de posar en bañador pero que no los va a descubrir «porque entonces todo el mundo miraría justo ahí donde no quiero que miren».

Cercana y natural, y al mismo tiempo hermética para su vida privada, Blanca Suárez vive a sus 27 años un momento especialmente dulce. Acaba de concluir El Bar, a las órdenes de Alex de la Iglesia, un rodaje en el que el director bilbaíno «nos ha hecho todo tipo de perrerías a los actores», bromea. Y tiene otras dos películas pendientes de estreno. ¿Vida personal? La actriz se esfuerza por convencer a la prensa de que no tiene tiempo para eso... «En la pantalla todo se ve muy bonito, pero la realidad es que me he tirado cinco meses saliendo de mi casa a las seis de la mañana y entrando por la puerta a las nueve de la noche... Es difícil mantener una relación con ese ritmo». Sin embargo, todo apunta a que su historia con el también actor Joel Bosqued, dos años menor, sigue adelante.

Su novio y los perros

Y que les gusten los perros, sería el título de la cinta romántica que Bosqued y Suárez llevan protagonizando varios meses. Él tiene dos, Troya y Farah. Ella uno, Pistacho. Durante la presentación de Blanca como imagen de Womensecret, un periodista quiso saber si el can de ella se lleva bien con los de él... La respuesta de la actriz fue de lo más elocuente: «Eso son cosas de casa». Y añadió irónica: «Soy superfán de esa pregunta». También el zaragozano Bosqued despeja más balones que Piqué cuando le preguntan por Blanca. Tenaz, amante de los animales (igual que su novia) y víctima de una diabetes que mantiene a raya con disciplina, Bosqued es además fan de los tatuajes. El último reproduce una gamba rebozada porque según él «soy un metegambas, aunque de buen rollito». A Blanca le va más el piercing... De jovencita se perforaba en zonas que no pudieran ver sus padres. Y ahora todavía le tienta, «pero he tenido que decir basta por mi trabajo».

Querer o dejarse querer. Esa es la cuestión. Y Blanca Suárez, una chica «fácil para convivir, sin manías aunque desordenada», tampoco la tiene resuelta. «En mi vida ha habido mucho de todo. A mí me han roto muchos corazones, pero también los he roto yo sin querer». ¿Enamoradiza? «Depende. Hay veces que un minuto te basta para sentir muchas cosas». Pero el tiempo le ha enseñado que en general «la clave para que las cosas funcionen es la calma, porque quien más corre no llega antes ni lo hace mejor». También se considera «poco paranoica» con la fama. «No tengo la sensación de que todo el mundo me mire ni me persiga. Ahora la prensa me ha dado una tregua, pero hasta en los momentos de mayor presión creo haberme comportado con naturalidad». Y ya que la cosa va de secretos y de lencería, desvela con picardía a los paparazzi que «hace no mucho tiempo hice topless en una playa española... ¡Y no me pillasteis!».