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Francisco apaolaza
Miércoles, 20 de abril 2016, 00:05
No todo el mundo tiene la suerte de conocer a la chica de los pósters. Carlos de Inglaterra tenía las paredes de su habitación de la Universidad de Cambridge y hasta su elegante estancia de Buckingham Palace tapizadas con fotografías de Barbra Streisand ... . Estaba loco por ella desde que la vio con 20 años en la pantalla en Una chica divertida; sentía un amor platónico. Lo que ocurre es que a los príncipes de Inglaterra les presentan a quien quieren, y cuando en 1974, con 26 años, se plantó en Los Ángeles en un viaje y le preguntaron a quién de todas las estrellas le gustaría conocer, entonces no dudó un segundo: «A Barbra Streisand», dijo. Ese fuego no se apagó nunca, según el escritor norteamericano Christopher Andersen, que ha publicado la biografía Juego de Coronas sobre la Casa Real Británica y que ha apuntado a un amor que pudo incluso dejar de ser platónico.
Cuando se encontraron en Los Ángeles, ambos estaban incómodos. Quedaban siete años para que Carlos de Inglaterra hiciera público su compromiso con Diana de Gales. Y en ese momento solo tenía ojos para la nariz de Streisand. Había visto su última película tres veces. La actriz confesó después que estuvo «nerviosa y callada», pero que quizás si se hubiera mostrado más simpática, hubiera sido «la primera princesa judía en la historia de Inglaterra».
Un té privado
El príncipe no se olvidó de aquello, aunque su vida navegó por otros mares de sobra conocidos, entre ellos el matrimonio fallido con Lady Di y su romance subido de tono con Camilla Parker Bowles, la actual duquesa de Cornualles. Se volvieron a encontrar en 1996 en una ceremonia de entrega de los Oscar e incluso tuvieron un encuentro a solas en la suite de los Windsor en el hotel Bel Air de Los Ángeles que quedó registrada como «un té privado». Después se repitieron los encuentros, y Diana de Gales, que obtuvo el divorcio ese mismo año, confesó que no le hubiera sorprendido saber que tenían una relación. El libro narra que en una ocasión una camarera los encontró juntos en el estudio del príncipe y que se mostraron «muy nerviosos».
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