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a. corbillón
Miércoles, 16 de marzo 2016, 00:18
El eslalon de la vida sentimental de Michael Douglas junto a Catherine Zeta-Jones dura ya tres lustros. Durante años se deslizaron con agilidad por la vida, con veranos en su mansión de Mallorca e inviernos al sol en cualquier balneario, e incluso lograron superar ... el obstáculo de 2013, año en el que una gran crisis les llevó al borde de la ruptura.
En los últimos días, una avalancha de especulaciones sobre el regreso y empeoramiento del cáncer de Douglas se había convertido en una bola de nieve informativa que no dejaba de crecer. El matrimonio de actores lo ha combatido alejándose unos días del mundanal ruido mediático y, sobre todo, con la difusión en las redes sociales de una animada jornada de esquí en las montañas de Aspen (Colorado) junto a sus dos hijos. «Me encanta esquiar con sol», ha escrito Zeta-Jones (46 años) junto a su foto y la de su marido (71) sonrientes en la cabina del telesilla. «Spring Break!» (Semana Blanca) le responde él en otra imagen en la que se le puede ver en un plano medio con el pulgar hacia arriba.
Una contundente aclaración visual y, sobre todo facial, ya que los rumores decían que el cáncer de boca y garganta había llevado al protagonista de Indomable a una situación terminal y que se había refugiado en su mansión del Caribe junto a su familia. Su representante negó las informaciones que le concedían no más de seis meses de vida. A pesar del aire de felicidad familiar en un entorno privilegiado, Michael Douglas deslizó un mensaje inquietante: «Quiero volver a mis orígenes, soy consciente del tiempo que me queda en la vida y no quiero malgastarlo». En alguna aparición pública anterior, el hijo del casi centenario Kirk Douglas no ha desaprovechado las preguntas personales para destacar su entrega a la vida familiar y su reforzado amor por la actriz galesa Zeta-Jones, cuyo amor «es cada vez más fuerte». En las imágenes en la estación invernal norteamericana, a Michael Douglas se le aprecia uniformado de esquiador con su casco, gafas, anorak y protector solar.
A Douglas no se le veía en público desde que recogió el César de Honor de la Academia francesa el 24 de febrero. Pero no sólo él ha tenido problemas. Tras confirmarse su tumor hace unos años, su mujer reconoció sus ingresos hospitalarios para luchar contra un trastorno bipolar. Para rematar ese accidentado eslalon familiar, el hijo mayor de Michael (de su primer matrimonio) sigue en prisión.
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