"¡Una azafata de vuelo me deseó la muerte!"

Canalla con buen fondo. ¿Eso tiene más ventajas?

Echarle morro a la vida sin mirar las consecuencias a veces trae cosas maravillosas, que es lo que le pasa a mi personaje. Y a la poca gente que conozco que va así por la vida tampoco le va mal del todo, ¿eh?

¿Y cómo es Javier Rey?

De mujeriego no tengo nada. Soy bastante familiar. Estoy volcado en mi trabajo y me encanta estar con mi gente, aunque ahora casi no puedo ir a Galicia...

Le mandarán algún paquete con viandas de la tierra...

Les hago que vengan a verme y me lo traigan (risas).

Y en esos paquetes no puede faltar...

¡Navajas! No hay marisco más rico. Y, por supuesto, albóndigas de mi madre. Es lo más parecido a un plato cinco estrellas.

¿Qué más cosas le fascinan?

Los viajes en el tiempo... ¡Conducir una nave espacial!

¿Se imagina en el papel de Han Solo?

Bueno... ¡Me muero! Dejo el oficio y me voy a mi pueblo (risas).

La vida, ¿es una comedia o una tragedia?

Es una tragicomedia en toda regla. Sería muy cansino que fuera una comedia o una tragedia todo el tiempo. El ser humano tiende a acostumbrarse a lo que tiene, y si la vida es una comedia dejas de valorar esas cosas que no son tan graciosas...

Usted, ¿a qué no se acostumbra?

A que cualquiera meta la mano en las arcas públicas con total impunidad. Y luego se les alaba como si fueran los más listos, no ladrones. Eso me toca mucho las narices.

¿Cuánta tela hay que cortar en España?

¡Uf! ¡Muchísima! Leer las noticias cada día es un alarde de autocontrol. Hay una gran falta de respeto por el ciudadano.

Dice usted que el Congreso de los Diputados parece una guardería de niños malcriados... Pero, ¿qué le han hecho sus señorías?

Es que nadie es capaz de decir que la ha cagado. La contestación de los que han robado es que el otro había robado antes. Es el 'y tú más' y nadie aporta soluciones. Me recuerda al patio de la guardería, cuando los niños se pelean por un juguete.

¿Hay algo más absurdo que convocar una rueda de prensa y no aceptar preguntas?

¡Uf! ¡Pues sí! Convocarla y dar la rueda de prensa por televisión. Si estás presente, por lo menos la gente te huele la colonia.

¿Qué no tolera?

La falta de compañerismo. Aunque en Velvet somos una gran familia. Yo tengo mucha suerte en ese sentido.

El peor drama es...

La guerra, la violencia.

¿Qué se tiene prohibido?

Fumar. Me dí cuenta de que no me llevaba a ningún lado y me ha costado dejarlo.

Confírmelo. ¿Existen las encuestas del CIS?

¡Joder! Sí, sí. ¡Buenísimo! Me tocó una chica en casa y era para hacerme una encuesta del CIS. Esto es como lo de los audímetros de la tele, que nadie conoce a nadie que tenga uno. ¡Pues a mí me hicieron una encuesta del CIS! (risas).

Como reconocido fan de Juego de Tronos... ¿Es usted Lannister o Stark?

Galicia estaría en Invernalia y me apellido Rey, así que tiro más por los Stark.

¿Qué le gustaría inventar?

La cura de enfermedades.

Una resurrección necesaria...

¡Bob Marley! Me encantaría resucitar a muchos, pero me quedo con Bob Marley.

¿Sueña con un Oscar?

No, para nada. Eso está muy lejos.

¿El bigote le hace hipster?

¡Ahora veo muchísimos bigotes! Pero bueno, me han llamado hipster... ¡y de todo!

Diga, diga...

Cuando he interpretado a personajes malignos me han insultado por la calle. De hecho, en 'Hispania' interpretaba a Alejo de Urso, que era un tipo muy cabrón, y ¡una azafata de vuelo me deseó la muerte! Le dí la tarjeta de embarque y me dijo, muy seria: "Ojalá te mueras pronto".

¿Una locura veraniega?

Mire, los veranos en Galicia son tan brutales, tan maravillosos, con los colegas y la familia, que siempre rechacé ofertas de mis padres para estudiar en el extranjero, todos los veranos. ¡Eso sí que es una locura! ¡Ahora sería bilingüe en diecisiete idiomas!