"Me ha pasado algo y estoy feliz"

El jinete Álvaro Muñoz Escassi... es casi un lobo de mar. «Nací en Sevilla, pero me enamoré del mar en Sotogrande y Marbella». Esta semana, el ex de tantas famosas pasea su trabajada anatomía por el Real Club Náutico de Palma, donde es un invitado especial de la 34 Copa del Rey-Mapfre. Simpático y galante, alto, atlético y de ojos transparentes, Escassi, a sus casi 42 años, sigue estando de pasarela. «Este va a ser un verano para recordar, estoy enamorado de las cosas que me están pasando», adelanta misterioso.

Anda el jinete muy reservado a la hora de comentar su sonada ruptura con Sonia Ferrer. Así que optamos por hablar de su trabajo... Y poco a poco se va retratando. «Soy un hombre de principios», advierte. Quiere decir que le encantan los comienzos. «Soy muy de conseguir algo y una vez que lo consigo ya quiero pasar a otra cosa». ¿Será por eso que no le duran las parejas? Se encoge de hombros. Prefiere recordar el día en que vendió sus caballos «porque se me habían hecho mayores» y decidió volver a empezar. «Me fui a Argentina, me apasioné con el polo... Es que el deporte del salto es muy solitario y a mí me gusta el equipo». También los retos. No le interesa el fútbol, pero dice que si fuera futbolista sería el que dispara el útimo en una tanda de penaltis. «Esa tensión extrema, lejos de arrugarme, me hace venirme arriba. A mí me pone más competir que montar».

Nacido en una familia acomodada, pero sin caballos, Escassi está orgulloso «de haber demostrado que puedes dedicarte a la hípica sin ser rico». Dice que consiguió montar a los 5 años «por pesado». Y luego, para disgusto de sus padres, colgó los estudios y emigró a Alemania de mozo de cuadra... «No soy eso que venden de mí -se revuelve-. No soy tan frío y superficial como cuentan ni voy dejando muertos por el camino». Y se autorretrata como un hombre «muy fácil de llevar y convivir», lo cual no casa (nunca mejor dicho) con su inestable vida amorosa. «Es que tengo un trabajo muy complicado: vuelvo los domingos de un concurso y me voy los martes», se justifica.

Ahora va a resultar que Escassi es un hombre de familia... «Pues sí -ataja él-. Soy muy familiar y, dentro del desorden que implica mi profesión, esa faceta la tengo resuelta con Álvaro, además me llevo muy bien con su madre». Álvaro es el hijo que tuvo con Lara Dibildos. Tiene 8 años y al contrario que su padre no siente el menor interés por los caballos y es un forofo del fútbol... Pero al jinete se le cae la baba. «Es muy bueno, muy fácil y muy tranquilo, igual que su madre. Nada parecido a mí a su edad, que era guerrero y no se me ocurría nada bueno».

Las últimas noticias pintaban a Escassi agobiado por sus problemas económicos y reiterados fracasos en los negocios (tuvo que cerrar una cadena de restaurantes), él lo niega con retranca andaluza: «Yo siempre he vivido igual, siempre he tenido problemas económicos. A mí me gustaría vivir como vivo, pero pudiendo». Y de mal verano, nada. «Al contrario, no recordaba un verano tan fantástico como este. Les he dado descanso a los caballos antes de enfrentarme en septiembre a la clasificación para las Olimpiadas de Río. He estado navegando en Formentera, ahora en Mallorca y la semana que viene iré a Sotogrande a disfrutar de mi hijo. Pero es que además me ha pasado algo inolvidable, algo increíble. Y estoy feliz. No te voy a decir nada más». ¿Y ese algo tiene que ver con el amor?, pregunto. «Todo en esta vida tiene que ver con el amor. Algún día te enterarás», responde enigmático.