Los Reyes y sus hijas posaron ayer por la tarde en Marivent para la prensa, sonrientes y con atuendo veraniego. La Reina y la infanta Sofía llevaban una blusa idéntica.

Al 'asalto' del palacio de verano

El Rey afirma que hay que tomarse "con normalidad" la reconversión de los jardines de Marivent en un parque abierto al público

arantza furundarena

Lunes, 3 de agosto 2015, 20:46

Hablar del futuro parque público de Marivent sin meterse en un jardín no es fácil... El Rey lo logró ayer durante el posado familiar que ofreció por la tarde en su residencia mallorquina. Casa Real había anunciado la convocatoria como una sesión "puramente fotográfica". Pero ... la expectación ante la posible apertura de Marivent, algo que algunos se han tomado como una especie de asalto al palacio de verano, era demasiado grande como para resistirse a formular la pregunta del millón. "¿Señor, qué opina de la apertura al público de este recinto?", soltó un redactor cuando ya estaba a punto de concluir el encuentro y la Familia Real, presta a subir la famosa escalinata de piedra y desaparecer tras el portón.

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Al Rey solo le faltó contestar con el típico: Me alegra que me haga esta pregunta... Se percibió que de algún modo se la esperaba. "No es una cuestión de opinión precisó. Se planteó el asunto y hay que tratarlo con toda normalidad y estudiarlo bien para no dar un paso en falso. Hay que organizarlo, como está haciendo el Gobierno balear, para que todo se desarrolle de la mejor manera posible". Don Felipe no explicó qué pasos en falso teme que se puedan dar ni cuánta distancia existe entre la 'normalidad' de la que él habla y la normalización con la que sueñan algunos miembros de un gobierno tripartito y mayoritariamente republicano.

Por lo demás, el posado de ayer fue muy familiar y tuvo sus momentos divertidos. Los Reyes y sus hijas comparecieron ante la prensa a las siete y media de la tarde (con la luz del atardecer a favor) y, lo mismo que el año pasado, procedieron a ese curioso besamanos al revés que consiste en que en lugar de permanecer ellos estáticos somos los periodistas los que nos quedamos quietos mientras ellos van repartiendo apretones de manos... Los de doña Letizia, por cierto, muy fuertes. "No os besamos porque sois muchos", bromeó Felipe. Al llegar el turno de la infanta Sofía (las niñas también participan activamente en el besamanos) esta periodista notó que llevaba una blusa idéntica a la de su madre y aún a riesgo de resultar impertinente (o cortesana a ojos de Peñafiel) espetó: "Anda, si llevas la misma blusa que tu mami". A lo que Letizia, con un guiño, exclamó: "¡Detalle! ¡Tiiiink!", como si alguien hubiera acertado una de 'las siete coincidencias'.

Terminado el besamanos la Familia Real se encaminó hacia el fondo del jardín y posó junto a un 'cruceiro' de granito, similar a los de la ruta jacobea (la verdad es que lo último que le faltaba ya a Marivent es que también pase por allí el Camino de Santiago...). En un gesto campechano, el Rey se sentó en un bordillo cercano a un seto y la Reina y sus hijas le imitaron. A doña Letizia se la vio en todo momento muy risueña y juguetona con sus niñas. Incluso agradeció con una sonrisa el pésame por la muerte de su abuelo.

Sin fecha de partida

Un año más, los monarcas no precisaron cuánto tiempo piensan permanecer en la isla. "No lo tenemos decidido. En eso vamos improvisando un poquito", confesó Felipe. También confirmó que participará con el Aifos en la Copa del Rey-Mapfre, pero que ayer y probablemente hoy no saldrá a navegar "porque necesitaba un par de días" para dedicarlos a las tareas de despacho. "Va a ser una gran regata", afirmó. De nuevo le preguntaron si Leonor y Sofía (más alta ya que su hermana) se apuntarán algún verano al curso de vela al que asisten sus primos. "Cuando ellas quieran", repitió una vez más el Rey mirando a sus hijas... El gesto de Leonor no pareció indicar que lo esté deseando.

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Terminada la sesión, los periodistas desandamos el camino por ese edén que bajo la dorada luz del atardecer son los jardines de Marivent, con sus incansables cigarras, sus frondosos pinos mediterráneos, sus ciruelos, limoneros y membrillos... Al cruzar el portón y dejar atrás la fortaleza, de nuevo la realidad: una pizzería, un 'chino', una gasolinera, horrendas torres de apartamentos típicas del desarrollismo, una estación de lavado de coches: 'Lavadero Marivent' (menos mal que Urdangarin ya no lo pisa)... ¡Y un Mercadona! Porque la realidad cotidiana es vulgar y tozuda, y ha avanzado hasta situarse a las puertas mismas del palacio.

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