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arantza furundarena
Sábado, 25 de julio 2015, 00:37
Desde hace más de 50 años, las monegascas nacen, crecen, se reproducen y mueren con una idea fija en la cabeza: parecerse a Grace Kelly. Sin embargo, muchas son las llamadas y pocas las elegidas. Charlene Wittstock, cuyo físico se asemeja al de su suegra ... como un huevo a una castaña, lo ha intentado con ahínco a base de radicales operaciones estéticas y sofisticados estilismos pero lo único que ha conseguido es parecerse a otra Grace. La andrógina Grace Jones; solo que en blanca. En Carolina, como en su hija Carlota, la genética materna queda eclipsada por un intenso ramalazo meridional heredado de la tía Antonieta. Y es evidente que Estefanía, con su bronceado chocolate (95% cacao), sus tatuajes de camionero y su atuendo quinqui no se parece a nadie salvo quizás a sí misma. Queda la hija ilegítima de Alberto, Jazmin Grace, que ha intentado emular el glamour de su abuela posando cual legendaria actriz de Hollywood en Harpers Bazaar... El resultado es que se da un aire a su prima Paulina, que es clavada a Ducruet.
Sin embargo, existe ahora mismo en la corte monegasca alguien que, sin poseer la cara de ángel de la Kelly, es capaz de rivalizar con ella en porte y estilo. Y ese alguien es Beatrice Borromeo, la italiana de 29 años que hoy se casa en Montecarlo con Pierre Casiraghi, de 27, el tercer hijo de Carolina de Mónaco. La boda es por lo civil. La religiosa será el 1 de agosto en la espectacular mansión familiar de la novia en la Isola Bella del lago Maggiore. Rubia, estilizada sin pasarse, condesa de nacimiento, heredera de una estirpe de aristócratas que emparenta con los Médici, criada en palacios venecianos dignos de Visconti, dueña de una elegancia genética... Es evidente que a esta chica la separan muchas generaciones del hambre. Pero haber nacido rica no entraña ningún mérito. El de Beatrice radica principalmente en su cerebro.
Licenciada en Derecho y Económicas, máster en Periodismo por la Universidad de Columbia, comprometida políticamente hasta el punto de haber sido el martillo de Berlusconi y haberse posicionado a favor del matrimonio homosexual en Italia, Beatrice ha filmado además un escalofriante documental sobre las mujeres de la mafia y piensa seguir ahondando en el tema. Es pija (lo lleva en la sangre) y se casa con quien se casa... Pero no parece dispuesta a que la tomen por tonta. Hace unos días, la revista Vanity Fair publicó en su edición americana un ácido artículo sobre el futuro de los hijos de Pierre y Beatrice describiéndolos como niños que irán a un internado exclusivo y cuyos pies solo pisarán la nieve cristalina de Gstasad... "¿Por qué iba a querer criar a mis hijos como gilipollas?", replicó ella en inglés desde su cuenta de Twitter.
Montecarlo, ese diminuto lugar donde sobra lujo y falta tanto espacio que los Ferrari se ven obligados a aparcar con medio coche subido a la acera, es el pintoresco escenario donde hoy contraen matrimonio Pierre y Beatrice. Al tío Alberto, encargado del brindis, aún no le ha dado tiempo a expandir el principado, aunque está en ello. Planea ganarle terreno al mar y construir una isla artificial que aloje a 2.000 personas. Por supuesto, en una urbanización de lujo. ¿O alguien pensaba que iba a dedicarlo a VPO? Pero eso será más adelante. La boda que hoy se celebra a las 12 del mediodía congregará a 700 personas (de traje corto y esmoquin) en el Palacio de Mónaco. El banquete se servirá 'estilo picnic' en los jardines. Y la novia, que según dicen podría estar embarazada, lucirá casi con total seguridad un diseño de su gran amigo Giorgio Armani... Con el porte de una Kelly a la italiana.
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