Aramis Fuster, la bruja: de animal televisivo al desahucio

A pesar de su condición de 'Máxima Autoridad Mundial en Materia de Ocultismo', y de combinar su profesión de futuróloga y cantante con el papel de asidua colaboradora de los más extravagantes espacios televisivos de los noventa, Fuster ya vivió una situación similar a la actual en el año 2007. Aunque hoy las autoridades reconocen que la catalana se ha esfumado -¿como por arte de magia?-, en aquella ocasión se sirvió de la pequeña pantalla para airear su drama. El extinto equipo de 'Aquí hay tomate' fue testigo directo de su angustia. Ante su micro confesó su intención de suicidarse y de llevarse con ella a su madre y su gato. La misma reportera tuvo que sostenerla en un repentino desmayo -las cámaras siempre ha tenido este particular efecto en Fuster- y esconder un bote de pastillas, por si acaso. En otra ocasión, el mismo programa recibió una llamada de la bruja que aseguraba haber consumido decenas de píldoras, haberse inyectado cuatro dosis de insulina y haber hecho lo propio con su primogénita y su mascota, por lo que tuvieron que ser ingresadas. No sabemos qué ocurrió con el gato.

Vivía por entonces horas bajas, en un intento por seguir copando minutos televisivos. Su años dorados habían acabado un década antes, cuando se paseaba por los sets de 'Crónicas Marcianas', 'Hotel Glam' o 'Moros y Cristianos'. Fue precisamente en este último donde protagonizó uno de sus momentos más polémicos. En medio de un acalorado debate, dirigido por Jordi González, en el que la ocultista confesó sentir "vergüenza ajena", el padre Apeles, otro 'freak' habitual de aquella década, le inquirió que, en lugar de ajena, debería avergonzarse de sí misma. Fuster, ni corta ni perezosa se levantó de su sillón, furiosa, para propinarle varios golpes y rodillazos.

La bruja Lola fue otra de sus más fervientes enemigas, y no por robarle la clientela espiritista. La andaluza participó como concursante en el reality para hechiceros 'El castillo de las mentes prodigiosas'; Aramis, como jurado. Además de para hacer gala de su apabullante colección de pelucas, la barcelonesa aprovechó su posición para burlarse de su compañera de profesión, lo que le valió las famosas "dos velas negras" de Lola:

Sus dotes de bruja no han ayudado a la de Berga a atisbar ninguno de los enredos a los que ha tenido que hacer frente. Como que no iba a ser capaz de hacer frente a una deuda de 15.000 euros que contrajo con una empresa informática y por la que en 2009 le pidieron dos años de cárcel y una multa de 5.760 euros. Ella, 'loca' por demostrar su inocencia, se rapó en directo en el espacio de actualidad rosa de Antena 3 'Dónde estás corazón', si es que eso llegó a servir de algo:

Sus poderes telequinéticos sí que le sirvieron para vaticinar que Karmele Marchante se quedaría calva. También para ver "la muerte en la cara" de Kiko Hernández, a sabiendas que este acababa de superar un cáncer. Enfermedad que supuestamente ella también sufrió -y que por supuesto contó en televisión-, pero de la que no quiso recibir tratamiento: "Mi verdadera enfermedad es la tristeza".

Fuster siempre presumió de codearse con las altas esferas. Los jefes de Estado, contaba, acudían a ella antes de tomar decisiones de peso. Algunos, incluso, se convirtieron en sus amantes. O eso dijo ella. Ninguno se acuerda ya de la bruja, ahora que vive su etapa más dura. Ella, capaz de acabar con la magia negra más poderosa y dinamitar males de ojos invocados a conciencia, no ha sido capaz de embrujar una mano amiga.

Aramis prefirió encantar a la cámara, en busca de mágicos minutos en antena. También sacó unos minutos para realizar varios aumentos de pecho y encoger las partes más íntimas de 3.000 hombres. Lo dice en su currículum. Hoy dedica sus ratos libres a un canal de Youtube de imposible definición, que difícilmente le aporta los beneficios que seguramente recibió de los mentideros televisivos hace ya veinte años. Un animal televisivo que hace tiempo perdió todo su encanto. Ahora, también su hogar.