d. vidal
Viernes, 22 de mayo 2015, 00:57
El torero andaba más que mustio desde aquel accidente de tráfico que provocó hace ahora cuatro años y que acabó con la vida de Carlos Parra. Y el semblante no mejoró mucho desde que un juez terminó condenándole a dos años y medio de cárcel. ... Pero a José Ortega Cano se le veía otra cara cuando abandonó ayer la prisión de Zuera, en Zaragoza, pasadas las once de la mañana. De hecho, quería dar una imagen impecable ante la decena de paparazzi que esperaban sus declaraciones, aunque quizá lo que más le importaba era empezar con buen pie su nuevo permiso de seis días junto a su pareja, Ana María Aldón, con quien salió por la puerta de la prisión, y por eso se compró un nuevo par de zapatos justo antes de dejar atrás el trullo, en el economato. Con ellos dio el primer paso de su cuarto permiso penitenciario desde que ingresó en Zuera en abril del año pasado, aunque éste no es como los demás, y eso también se notaba en su gesto. Mejor dicho, esa era la razón principal de su gesto: "Sí, soy consciente de que quizá no tenga que volver aquí", confesaba ante los periodistas. La razón es que, durante estos días, Ortega Cano espera la resolución de su tercer grado, lo que le otorgaría la condición de semilibertad y supondría el traslado del diestro desde la cárcel de Zuera al centro de inserción social Victoria Kent, en el distrito madrileño de Acacias: "Espero que esto sea un hasta siempre, no un hasta luego".
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Aunque el torero aún no se ha planteado cómo cumplir con las obligaciones penitenciarias que conlleva ese tercer grado (debería dormir en la cárcel determinados días), lo cierto es que José Ortega Cano empieza a ver la luz al final del túnel. En el coche que ayer utilizó la familia para pasar a buscar al diestro le esperaban su hijo menor José María, la tata del niño, Marina y la madre de Ana María, Celia. Todos se dirigieron a Madrid, donde le esperaban sus otros dos hijos, José Fernando y Gloria Camila, y sus hermanos Conchi, Eugenio, Paco y Carmen. Ortega Cano, que ha vivido en la cárcel "más cosas buenas que malas", cree que su experiencia "sirve para reflexionar sobre la vida". Incluso sobre las oportunidades profesionales del diestro, que poco después de poner un pie en la calle ya estaba trabajando como comentarista. A preguntas de los periodistas, incluso se permitió avisar a Isabel Pantoja de que saldrá de prisión "viendo la vida de otra manera".
Pantoja, a un paso
Se refería el diestro a la inminente salida de prisión de la cantante, gracias al visto bueno que ha dado la Junta de Tratamiento de la cárcel sevillana de Alcalá de Guadaíra al primer permiso de Isabel Pantoja. Los técnicos del centro creen que se cumplen los dos requisitos necesarios para el informe favorable. Por un lado, que la tonadillera ya ha cumplido seis meses de cárcel, una cuarta parte de la pena. Y, por otro, la buena conducta que ha mantenido. Sin embargo, debe ser ahora el juez de Vigilancia Penitenciaria el que autorice el permiso, que puede tener una duración de hasta siete días. Quizá entonces Isabel Pantoja pueda echar unas sonrisas como las que ayer le dedicó al mundo Ortega Cano.
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