Su trayectoria refleja muy bien ese dicho de que ningún mar en calma hizo experto a un marinero. Recién licenciado en Medicina, entró en el Ayuntamiento de Bilbao para trabajar en los cuartos de socorro durante el Mundial de fútbol de 1982 y solo un ... año después le tocó lidiar con las inundaciones. «No pude tener mejor escuela porque me curtí en las peores condiciones. Allí vi de todo», rememora Javier Orduna, quien a sus 64 años abandona oficialmente hoy la dirección del área de Salud y Consumo, un cargo que ha ocupado durante los últimos 16 años: «Me llevo mucho cariño de mis compañeros. Estas últimas semanas me he sentido desbordado».
- Poca gente conocerá mejor que usted este departamento.
- Alguno habrá porque todavía quedan compañeros míos de la facultad. Llegué en esa época en la que se escribía a máquina y, si te equivocabas, había que volver a empezar. La llegada de los ordenadores fue una debacle para muchos porque no se acostumbraban y no confiaban en que los documentos se guardaran. Qué haríamos ahora sin ellos...
- ¿Qué es lo que más ha cambiado en todo este tiempo?
- Creo que se han clarificado las responsabilidades de un área que antes era más difusa. Ya no es que la ciudadanía no supiera lo que hacíamos, ¡es que había trabajadores del propio departamento que no sabían de la existencia de sus compañeros! Cuando llegué a la dirección, organicé una fiesta de Navidad para que los funcionarios se conocieran entre ellos. La tradición continúa.
- ¿Y ahora los ciudadanos ya saben lo que se hace en este área?
- Aún nos falta mucho para eso, pero es lógico porque nuestro trabajo suele pasar desapercibido.
- Explíquese.
- Cualquier vecino se da cuenta de que han instalado un banco en el parque. Salta a la vista. Nuestra labor es menos tangible y encima se centra mucho en la prevención. La gente no es consciente de lo que hacemos para mejorar su salud.
«Los funcionarios del área no se conocían entre sí. Tuve que organizarles una fiesta de Navidad»
- Aproveche ahora la ocasión. ¿Qué hace el área de Salud y Consumo?
- Estamos presentes en prácticamente todas las acciones que mejoran la calidad de vida de los bilbaínos. Planes de salud, de adicciones, el control de los llamados animales urbanos -perros, gatos, ratas, gaviotas, cucarachas...-, la atención a los consumidores... Claro, son cosas que no se ven y no puedes salir a presumir de que tu trabajo sirve, por ejemplo, para que la gente viva más años. ¡Faltaría más que fuera al revés!
- Siempre es difícil 'vender' a la ciudadanía aquello que no se ve.
- Pongo otro ejemplo muy concreto. El paseo de Abandoibarra es probablemente la mayor aportación en salud que ha hecho el Ayuntamiento en su historia porque ahora la gente por ahí anda, corre, va en bici... Eso es calidad de vida, pero es más fácil 'vender' la parte urbanística, lo bonito que ha quedado todo.
- ¿Ha sido esa falta de visibilidad su mayor decepción en el cargo?
- Puede resultar frustrante, sí, aunque me he llevado mayores berrinches cuando no he podido convencer a otros sobre la importancia de llevar a cabo determinada acción.
«¡Una vez incluso me llegó por error su nómina! Podría haberme hecho el sueco, pero les avisé»
Un huerto y tranquilidad
- ¿Cómo ha sido su relación con los tres alcaldes con los que ha coincidido siendo director?
- De los tres puedo decir que han sido personas cercanas. Iñaki Azkuna era capaz de ganarse a cualquiera. Tal vez quien más me sorprendió fue Ibon Areso porque al haber sido una persona que siempre estaba en una segunda fila, pensé que le iba a resultar raro ser alcalde, un cargo mucho más expuesto. Me equivoqué completamente. De Juan Mari Aburto me quedo sobre todo con su interés por los asuntos sociales.
- A diferencia de otras direcciones, la de Salud y Consumo es más bien técnica. ¿Se ha sentido político?
- Nunca he querido ser político ni he actuado como tal. Ni me va ni me viene. Desde muy pequeño quise ser médico y es eso lo que me considero. Incluso tuve una consulta privada mientras era compatible. He trabajado con concejales de tres partidos distintos y he actuado igual con todos ellos: les presentaba lo que había y ellos decidían.
- Ya es casualidad que haya otro Javier Orduna en labores directivas en el Ayuntamiento; concretamente, en Obras. Seguro que les han confundido muchas veces.
- Ja, ja. Recuerdo que en el listín telefónico salíamos solo tres 'Ordunas' en todo Bilbao, así que imagínese... ¡Una vez incluso me llegó por error su nómina! Me di cuenta porque era mayor que la mía. Me podría haber hecho el loco, pero avisé rápidamente al Ayuntamiento y lo solucionaron en cuestión de horas. También me han llegado muchas llamadas que eran para él.
- ¿Qué hará a partir de mañana?
- De momento, quiero tomarme unas vacaciones en condiciones hasta el 15 de septiembre, aunque ya tengo cosas en mente. Me he alquilado un huerto y tengo que decidir si retomo la carrera a distancia de Psicología que dejé a falta de ocho asignaturas. Me lo tomaré todo con mucha más tranquilidad. Es lo que toca.
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