El genio eléctrico de Nikola Tesla se puede tocar en una exposición en Bilbao

Gracias al olvido injusto que sufrió tras su muerte, la memoria popular del inventor, ingeniero eléctrico y empresario serbio estadounidense Nikola Tesla (1856-1943) tiene un cierto toque de misterio. Tesla es célebre por sus aportaciones al desarrollo del moderno suministro de electricidad de corriente alterna, la comunicación inalámbrica o el motor de inducción, entre otros logros. Pero, a causa de su personalidad estrafalaria, la guerra comercial en la que se enfrentó a Edison y la mala gestión de sus negocios que lo llevó a la ruina, también se ha convertido en protagonista de todo tipo de especulaciones y teorías de la conspiración. La vida y obra de este personaje, que empezó a ser reivindicado sobre todo a partir de los años 90 del siglo pasado, es el objeto de la exposición interactiva 'Nikola Tesla. El genio de la electricidad moderna', creada por la Fundación la Caixa, que permanecerá abierta en el Paseo del Arenal de Bilbao hasta el próximo 12 de octubre.

La muestra, que llega a Bilbao en colaboración con el Ayuntamiento, «ofrece «un recorrido cronológico por la vida de Tesla y por los avances tecnológicos que marcaron su trayectoria», según ha explicado su comisaria, Daniela Hidalgo. Así, comienza por el nacimiento del inventor en una localidad de la actual Croacia, las demostraciones de su genio precoz y su descubrimiento de la existencia de un fenómeno llamado electricidad al observar la estática que se generaba al acariciar el lomo de un gato.

Aunque tuvo una formación en buena parte irregular, Tesla pudo demostrar sus capacidades trabajando en telefonía para Continental Edison, entonces empresa líder en la industria de la energía eléctrica. En 1884 emigró a Estados Unidos, donde siguió trabajando para Edison antes de establecerse por su cuenta y dar rienda suelta a su creatividad tecnológica. Tesla demostró ser «un auténtico pionero en ramas de la ciencia y las tecnologías que ya se encontraban en expansión, pero también en otras que aún tardarían años en ser tomadas en consideración», como la robótica e incluso las comunicaciones interplanetarias. «De Tesla, existen documentadas 280 patentes en 26 países diferentes, pero se sospecha que existen otras aún no identificadas», ha explicado Hidalgo.

A pesar de su genialidad y su visión, Tesla no estaba dotado para los negocios. Los éxitos fueron superados económicamente por los fracasos, por no hablar de las tácticas casi mafiosas de la competencia, que hizo todo lo posible por hundirlo. Muchas de sus invenciones además fueron plagiadas. «Tras décadas de aportaciones relevantes en varios campos científicos, algunas de las cuales terminaron por arruinarlo, murió en soledad y fue prácticamente olvidado durante años». Hasta que en 1960 el Sistema Internacional de Unidades decidió llamar tesla a la unidad de inducción electromagnética.

La exposición abierta en El Arenal se distribuye en dos unidades móviles desplegables que se convierten en dos salas de cien metros cuadrados cada una. En ellas, una serie de módulos interactivos reproducen varios de los inventos creados por Tesla en sus laboratorios de Nueva York, «donde trabajó en cuestiones tan variadas como los rayos X; la transmisión inalámbrica de energía, inventando el que sería el primer 'mando a distancia'; la radiodifusión; o la creación y desarrollo de las bobinas de Tesla, generadores de alta tensión y alta frecuencia que permiten crear campos eléctricos muy potentes a su alrededor, suficientes para lograr que la corriente circule sin necesidad de cableado». Los visitantes pueden comprobarlo sosteniendo en sus manos neones sin conexión ni cable de ningún tipo que se encienden al acercarlos a una chisporroteante bobina, que ocupa el centro de una de las salas. Otras creaciones de Tesla se reproducen a escala, como la célebre torre Wardenclyffe de Nueva York.

La original medía 57 metros de altura y servía para realizar telecomunicaciones inalámbricas. La exposición presenta una maqueta que, como la torre histórica, que fue destruida durante la Primera Guerra Mundial, funciona y se puede probar. Otro modelo reproduce, también a escala reducida, el oscilador Tesla, conocido como la 'máquina de crear terremotos' por el inquietante efecto que causó en el edificio en el que fue construido originalmente. Y sí, al accionar el aparato que lo reproduce en la exposición el suelo tiembla (ligeramente).

Buena parte de estos módulos provienen del Nikola Tesla Museum de Belgrado, colaborador en el desarrollo de la exposición. En su inauguración esta mañana han participado La primera teniente de alcalde y concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Bilbao, Amaia Arregi; el concejal de Gobernanza y Cultura, Gonzalo Olabarría; el director comercial de CaixaBank en el País Vasco, Ángel Garabieta; la delegada territorial de la Fundación la Caixa en el País Vasco, Sonia Sáenz, y la asesora de la exposición, Daniela Hidalgo.

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