Frenazo al traslado de Mercabilbao a Ortuella, que estaba previsto para 2027

De un lado, José Feijoo, presidente de la asociación de comerciantes de Basauri, asegura que los profesionales que operan en Mercabilbao, entre los que se encuentra, han firmado una prórroga que les mantendrá allí hasta 2031, fecha ampliable a 2033. Este periódico ya había avanzado en febrero que las empresas se encontraban negociando este asunto con el Ayuntamiento de Bilbao, propietario del 60% de la instalación. Por otro lado, Parke (lo que antes era la red de parques tecnológicos de Euskadi) asume que el traslado está «en un momento incipiente». Este organismo es el encargado de gestionar el parque de Ortuella y fuentes oficiales revelan que aún se está con las compras de terrenos y con las tramitaciones urbanísticas previas. En un análisis realista, nadie cuenta con que en 2027 haya una mínima posibilidad de culminar nada.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Bilbao, la administración que más se la juega como titular de la instalación, apuesta por el silencio y le está dando misterio a la millonaria operación. Apuntan que la prórroga firmada con los comerciantes no supone necesariamente posponer hasta 2031 el traslado, pero no dan más explicaciones. Tampoco avanzan la previsión de tiempos que manejan, ni por qué se ha contratado un servicio de mantenimiento de la actual instalación hasta 2029, ni el resultado del estudio de viabilidad que se ha elaborado recientemente y que también han pedido conocer las empresas afectadas con poco éxito.

El tamaño de esta indefinición es comparable a la dimensión el proyecto. Por Mercabilbao pasan 260.000 toneladas de alimentos al año y ahí trabajan 1.200 personas. Con semejantes credenciales ya se ve la complejidad que supondrá llevar todo eso al parque tecnológico de la Margen Izquierda. El objetivo no es únicamente ganar espacio en unas instalaciones que se han quedado pequeñas, sino también convertir la gran despensa de Bizkaia en el corazón de un campus alimentario. Esto es, que esté rodeada de empresas de transformación e investigación (para hacer platos preparados, por ejemplo) creando un ecosistema que supera con mucho la comercialización de productos frescos que existe ahora.

También es cierto que desde el primer momento buena parte de las empresas que están en Mercabilbao se habían mostrado críticas con la operación, y no sólo por la natural y habitual resistencia al cambio. Desde hace meses fuentes conocedoras del proceso alegan que hay una buena batería de argumentos para echar el freno: que no es tan necesaria una ampliación como se decía porque en Basauri hay espacios sin uso; que a varias empresas no les sale a cuenta irse a Ortuella y que optarían o por cerrar por jubilación, o por reubicarse en otros municipios; que la mudanza desincentiva inversiones; que la marcha a la Margen Izquierda dificulta en ciertos casos la logística, elemento crucial para este negocio...

Atraer empresas

Además, hay que tener en cuenta que la operación es muy compleja, muy cara, y también resulta imprescindible seducir a la iniciativa privada para que sea viable y provechosa. Las cifras son bastante impresionantes. Aunque en un principio, en mayo de 2022, la operación se cifró en 60 millones de euros, a los pocos meses, en octubre de aquel año, ya se había elevado hasta los 72, según reveló entonces el Gobierno vasco: 17 para adquirir los nuevos terrenos, 15 para los accesos, 12 para trámites y licencias urbanísticas, y 28 para urbanizar el polígono.

¿Y cómo financiar todo eso? La mayor parte se pagará con lo que se saque de vender el solar de catorce hectáreas que ahora ocupa Mercabilbao y que es propiedad del Ayuntamiento bilbaíno. La última tasación había valorado la finca en 55 millones. La cuestión es que alguien quiera pagarlos. Las administraciones siempre dijeron que querían para esta zona la implantación de actividad productiva, industria «de alto valor añadido». Pero no se conocen pretendientes para esa novia.

La otra pata de la operación, también importante, es generar actividad alrededor del futuro Mercabilbao, en Ortuella. La idea es alquilar los edificios que se construyan en torno al equipamiento a empresas de transformación de alimentos. Pero a estas alturas, y con el estado en el que están las cosas, desde Parke señalan que aún no se ha arrancado con el proceso para captar firmas. «Estamos en una fase más incipiente», asumen.