Fiscal y acusaciones piden la condena por el incendio de Atxuri

El móvil del intento de asesinato sería, según esta parte, evitar que la mujer le denunciara ante la Policía por el atropello de su hermana de crianza en Igorre. Para las acusaciones, el testimonio del acusado resulta «ilógico, incoherente, variopinto e irracional». En su declaración, el hombre alegó que Dori y su allegada querían extorsionarle y que le habían pedido dinero por retirar la acusación. Apuntó a que su novia intentó suicidarse, que consumía drogas y se medicaba porque sufría una enfermedad mental, algo que las acusaciones consideran «mentira».

Para la fiscal, en el juicio «ha quedado acreditado» que el hombre roció a la joven con un producto inflamable cuando estaba tumbada y después le prendió fuego. «El informe forense descarta el suicidio, el fallo eléctrico y el accidente. Obedece más a un contexto homicida porque la víctima presentaba lesiones atípicas».

Tanto los médicos como la forense explicaron que sólo tenía quemaduras en la cabeza y el busto, «como si le hubieran puesto una regla». En los intentos autolíticos suelen darse «quemaduras en las manos».

La acusación particular, que representa a la víctima, le definió como un «controlador, que se apropió de sus tarjetas, de su móvil, sus redes sociales, que grababa sus relaciones sexuales y la amenazaba con difundirlas y que incluso le suministraba la medicación, más de la que necesitaba». Según la abogada, «atribuía a Dori todo lo que le ocurrió a su padre, que se roció con colonia y se prendió fuego cuando estaba internado en Zamudio. Decía que era alcohólica y esquizofrénica como él».

La abogada del Consistorio le tachó de «maltratador perverso, que siempre se relacionaba con mujeres pobres e inmigrantes. Su discurso está plagado de contradicciones, grandiosidades y mentiras». Para Clara Campoamor, «la disyuntiva está entre el incendio provocado por Aitor o el intento autolítico», que a su juicio resulta «absolutamente inverosímil». La mujer estaba «enamorada de su hija», que estaba a su lado y «tenía planes para irse a Nicaragua con ella cinco días después». Los daños pendientes en la lonja superan los 90.000 euros.

En su turno de última palabra, Aitor dijo que «de forma empírica no se ha podido acreditar nada» y se defendió de lo que llamó «calumnias». «No he sacado dinero a las mujeres», concluyó