Fiestón en Miribilla con 3.000 personas en el tardeo más multitudinario de Bilbao

Silvia Cantera

Sábado, 22 de marzo 2025, 19:28 | Actualizado 21:12h.

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El tardeo viene para quedarse y en Bilbao nos gusta hacer todo a lo grande. Esas dos premisas son el eje central y la razón de ser del fiestón que se ha montado este sábado en Miribilla. Un total de 3.000 personas lo dan todo desde las 17.00 hasta medianoche en un recinto con aires de festival de verano. De hecho, el 'dresscode' manda vestir como si estuviéramos en uno. Despedidas de soltero (incluyendo a un futuro esposo vestido como si fuera un tubo de crema contra las hemorroides), fiestas de empresa y, sobre todo, quedadas en cuadrilla son la tónica del Bilboleo Fest, organizado por la empresa Bilboleo, especializada en eventos para mayores de 25 años. Una gran excusa para reunirse. Es el más multitudinario que se vive en la capital vizcaína desde que esta tendencia se pusiese de moda.

Danny Romero, autor de 'hits' que marcaron una época como 'Agáchate' y 'Motívate', encabeza un cartel que también incluye al creador de contenido Jorge Cremades, en su faceta de DJ. Antes, la banda Baile de fin de curso ha repasado los grandes éxitos de grupos tan emblemáticas de los años 2000 como El Canto del Loco, Estopa y La Oreja de Van Gogh. El plantel sobre el escenario lo han cerrado los DJ set de Alex del Castillo y Larra & Padilla by Dreyky. La música electrónica que marcó una época hace 20 años es la banda sonora de la farra. Imposible no pinchar 'Flying free', 'Abracadabra' o media discográfica de Kate Ryan. Siete horas de show con sorteos, juegos, lanzamiento de camisetas, foodtrucks para reponer fuerza y barra, que hay que hidratarse bien entre bailoteo y bailoteo. Las cervezas son a 4 euros, el botellín de agua a 3, el katxi de kalimotxo a 10,50 y los cubatas a 9,5.

Con edades comprendidas entre los 25 y los 55 años, el Bilbao Arena está viviendo una de sus jornadas más festivas. El tardeo XXL ha concentrado una de las apuestas más exitosas de la hostelería en los últimos meses. Un público más adulto que el que suele frecuentar las discotecas más allá de la medianoche, que generalmente gasta más por tener mayor poder adquisitivo y que sigue teniendo muchas ganas de marcha. Y con el plus de no tener que trasnochar en exceso. Se puede salir a darlo todo sin tener que renunciar a disfrutar del domingo.

Con la grada frente al escenario abierta para quien quiera tomarse un respiro, el macroevento se ha organizado con unos medios similares a los que se emplean en los conciertos. Lanzadera desde Abando, guardarropa, un puesto de ropa festivalera y los bafles a pleno rendimiento. Como en toda fiesta que se precie, eso sí, se habrían agradecido unos metros más de barra. Con una buena juerga entre manos, parece que nunca es suficiente. Y en menos de 24 horas, como si de la carroza de Cenicienta se tratase, la calabaza festiva se convertirá de nuevo en el fortín del Bilbao Basket para recibir al Granada. Hasta la próxima, que seguramente no se hará esperar.