Las setas regresan a su cita de otoño con Galdakao

Una de las estrellas de la cita, como no podía ser de otra forma, ha sido la Amanita Rubescens, conocida como 'ardotsua' por su tono vinoso o 'la galdacanesa', ya que surge de la simbiosis con los pinos insignes cuya rentabilidad se puso a prueba primero en esta localidad, allá por el 1876. El ejemplar expuestos este domingo lo descubrió el vecino del municipio Marcos Esteban, de 10 años, durante la excursión organizada ayer por el colectivo en el entorno del Gorbea, en la que participaron cerca de un centenar de menores. «Es la primera vez que he ido, pero el año que viene repetiré», ha asegurado, completamente convencido. La Galdacanesa es tóxica en crudo, pero muy apreciada culinariamente cuando se cocina a más de 65 grados.

El portavoz de la organización, Alfonso Requero, de la Peña Santa Cruz, ha celebrado la vuelta de la cita tras el año de pandemia. «Antes de eso sólo se había interrumpido el año de las inundaciones, cuando se decidió destinar el dinero en ayudar a las familias damnificadas», ha relatado el hombre, que ha destacado el éxito del que goza el encuentro, donde también hay espacio para los concursos gastronómicos.

Como parte de estos últimos, Mikel Urkijo y Xabin Zorrionandia han pasado la mañana del domingo entre fogones junto a otros compañeros del Txoko Aldatz Soloa. Además del revuelto de hongos, el plato obligatorio para todos los participanes, en la opción libre han preparado unas pencas rebozadas rellenas con crema de hongo. «Ése ha sido nuestro plato libre. Los compañeros también están preparando una crema de morcilla con hongos y un huevo escalfado y un postre: champis confitados con azúcar y brandi, bañados con chocolate blanco o negro», han detallado. Detrás de esta última receta está Carlos Atance, que ayer la probaba por primera vez al tiempo que inventaba un nombre para el bocado. «Igual los llamo 'nevaditos' o chupachups de champi», ha meditado frente a su creación, que lleva un palillo clavado para facilitar su ingesta. «Las setas las hemos cogido nosotros», han añadido.

Coger las setas no ha sido fácil por la sequía de los últimos días, más allá de las últimas lluvias que todavía no han tenido tiempo de dar fruto. «El otoño es la época ideal para las setas, pero este año todavía va tarde», ha remarcado Requero señalando a las hojas que todavía no han caído en los árboles del propio parque, y al color verde predominante. «El año pasado se notó mucho la parada por el confinamiento. Había hasta más animales. Pero ahora ha crecido la afición al monte y a las setas», ha apuntado.

Esta afición es la que Goizargi Santa Teresa y Alex Franco quieren inculcarle a su hijo Manex, de cuatro años. Este domingo le han llevado a ver la exposición por primera vez, para que conozca la afición que también mueve a su aitite. «Es un buen sitio donde pasar la mañana», ha añadido mientras curioseaban las cajas. En ellas los integrantes de la asociación Fungipedia han reunido ejemplares tan poco vistos como unas trufas aestivum, cogidas con ayuda de unos perros, que pueden alcanzar los 800 euros el kilo en el mercado. Aitor y Javier Calvo resolvían ayer las dudas de los asistentes sobre las setas expuestas. «Este año nos hemos movido mucho, por eso hay más especies que otras veces», han afirmado.