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Tras las vacaciones, toca darse de bruces con la realidad de septiembre y este año el arranque del curso se va a hacer más cuesta arriba que nunca para las familias vascas. Los padres que no esperan a última hora para preparar la vuelta al ... cole ya han podido comprobar que los precios de cuadernos, libros de texto y uniformes han experimentado un incremento considerable con respecto al año pasado, con el consiguiente impacto en las ya de por sí vapuleadas carteras por la escalada desbocada de la inflación. Y por si esto fuera poco, algunos centros concertados ya han comunicado a las familias que tendrán que pagar más por las cuotas del comedor o el autobús escolar.
Se estima que el encarecimiento rondará el 20%. Si se tiene en cuenta que en 2021 las organizaciones vascas de consumidores cifraron el regreso a las aulas en 400 euros por hijo, ahora las familias desembolsarán unos 80 euros más. Un mazazo para muchos ciudadanos que ven cómo cada vez más van perdiendo capacidad de ahorro. La inflación se disparó al 10,8% en julio, una tendencia alcista que, unida a la escasez e incremento del precio de las materias primas por la guerra de Ucrania, ha repercutido de forma importante en los precios finales de la gran mayoría de bienes y servicios.
El material escolar es un ejemplo. Aunque pequeñas librerías y grandes superficies ofrecen facilidades con ofertas y promociones especiales, artículos básicos para los escolares como cuadernos, folios y libretas se han encarecido un 15% de media. Detrás de este alza está la subida del precio del papel, que se ha duplicado en un año. «Se debe a la escasez y al incremento del precio, pero también influye el aumento del coste de la energía, el transporte...», explican desde Eroski. En cambio, en bolígrafos, carpetas, archivadores y mochilas el alza se mantiene más contenida y no rebasa el 10%.
Librería goya
En la emblemática librería Goya, en el centro de Bilbao, están a un paso de la cuarta subida en un año. «Pagamos entre dos y tres veces más a los proveedores. Algo hemos encarecido los precios pero estamos tratando de aguantar para que a las familias no se les haga tan duro. Un crío de Primaria se lleva seis cuadernos solo para empezar el curso», afirma Susana Prieto, gerente del establecimiento, que ha optado por prolongar las ofertas de verano hasta mediados de septiembre. Aunque avisa: en otoño el escenario cambiará. «Si no, no nos darán los números», lamenta.
Los clientes cada vez se fijan más en lo que gastan. Preguntan y repreguntan para mantener el bolsillo a raya y no dudan en visitar varios establecimientos para comparar precios. «En la compra de libros de texto no es raro que nos pidan presupuesto», destacan en Campus Indautxu.
En este negocio han mantenido los precios de los libros escolares «por competencia, para no perder clientela», pero en muchos casos se venden un 10% más caros. Aunque el formato físico ha ido perdiendo peso por el uso de materiales didácticos digitales, los volúmenes en papel se mantienen en los pupitres y son una herramienta fundamental para la actividad académica. Desde editoriales como Ikaselkar, su directora, Edurne Soraluze, asegura que la industria también está sufriendo el impacto de la crisis, aunque tratan de actuar con «responsabilidad» y han optado por incrementar sus tarifas a los puntos de venta en torno a un 5%. «Los precios del papel están desorbitados. Nos aprietan cada vez más», desliza.
Algunos estudios, incluso, elevan aún más el coste de la vuelta a clase para las familias vascas. Según una encuesta realizada por la entidad educativa Go Student, el gasto por hijo en Euskadi ascenderá a 526 euros de media frente a los 433 del curso anterior, lo que supone un incremento del 26%. Una parte importante de la factura proviene de la ropa y uniformes. Los niños crecen y no queda otra que renovar armarios. En El Corte Inglés, el precio de un pantalón deportivo específico para varios colegios cuesta 3,39 euros más que hace un año: alcanza los 20,34 euros. Un 20% más. Otras prendas, como sudaderas y camisetas, se han encarecido un 10%. En cambio, las camisas siguen con el mismo precio.
«El algodón y el poliéster están por las nubes, pero hay que añadir fornituras como cremalleras o botones, por las que en algunos casos nos cobran un 50% más», aclara José Manuel García, de GMH Uniformes, empresa dedicada a la fabricación y con tiendas en Bilbao y Basauri. Además, el alto coste de la calefacción también ha disparado el precio de la confección.
ehige
Otros profesionales del sector aseguran no estar repercutiendo ese alza de costes en el bolsillo de los clientes. Ana Hormaechea, responsable de El Botón, un comercio de Getxo, considera que «no se puede machacar tanto a las familias» y recuerda que estas prendas no sufren grandes cambios de una temporada a otra. «Todos tenemos mucho almacén y se puede mantener perfectamente el precio del año pasado», expone.
Otro motivo de preocupación son los comedores escolares. Con una media de 80 euros por alumno, en algunas ikastolas vizcaínas ya han comunicado a los padres que tendrán que pagar casi 8 euros más cada mes. Otros colegios concertados han optado por la congelación «porque la situación de las familias no es la mejor», subraya un director de un centro de la Margen Izquierda.
En la pública, en cambio, fuentes de Educación aseguraron que «las familias no pagarán ni un céntimo más este curso». Los progenitores pagan por la comida de sus hijos, pero cerca del 40% recibe becas. Desde EHIGE, la confederación de AMPAS de la escuela pública vasca, su portavoz, Lourdes Imaz, pide que «lleguen a tiempo y las familias no tengan que adelantar el dinero».
Mientras, en las clases particulares el impacto de la crisis, en principio, apenas se notará. El gasto suele rondar los 80 o 90 euros al mes, y las academias son conscientes de que no podrán hacer «locuras». «Es un tipo de clientela que si le subes mucho van a dejar de venir», señala Javier García, del centro Ele-Eder de Bilbao.
El coste del papel se ha disparado y es el principal motivo de que las editoriales hayan tenido que incrementar los precios.
Cuadernos, libretas y folios son los productos más afectados por el papel. Archivadores, bolígrafos y mochilas se quedan en un 10% de crecida.
Algunos centros concertados han anunciado a las familias subidas de cerca de 8 euros al mes. Las cuotas mensuales superarán en algunos casos los 80 euros.
El incremento es variable y depende del punto de venta. El alto precio del algodón y el poliéster ha encarecido la confección de las prendas.
Uno de los sectores que menos cambios sufrirá para no perder clientes. El gasto por estudiante suele rondar los 80 o 90 euros, en función de las horas de asistencia.
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