La familia de Josetxu reclama la prisión permanente revisable para los acusados del asesinato

Como novedad, en el detallado relato de hechos de esta parte, se sostiene que los autores del crimen mantuvieron retenida a la víctima entre 24 y 48 horas en la nave industrial que les servía de vivienda en un polígono del pueblo de Pedrola, en Zaragoza. Para entonces, ya le habían golpeado e inmovilizado con bridas «con el afán de sustraerle efectos personales y el coche». Por ello, les acusan también del delito de detención ilegal y de estafa, al haber vendido a cambio de 11.000 euros el coche robado de Josetxu a un tercero, ajeno a la causa.

Cada miembro del grupo tenía perfectamente definidas sus funciones. «Hedangeline actuó como gancho para embaucarle», al igual que con los otros dos hombres a los que habían asaltado dos meses antes. Contactó con José Antonio, conocido cariñosamente por sus familiares como Josetxu, divorciado y padre de un hijo mayor, a través de la plataforma de citas Badoo el 6 de septiembre de 2019. «Simulando un interés personal, le convenció para verse en Luceni», hasta donde el informático vasco se desplazó al volante de su 'Mercedes Benz 220'. Contó que se iba de viaje a un amigo y a su padre, quien denunció su desaparición el día 10 de septiembre al no acudir a su puesto de trabajo tras el fin de semana.

Según la acusación particular, los procesados «emboscaron» a Josetxu, y le agredieron y redujeron para robarle. Le «llevaron contra su voluntad» a la nave y allí, «maniatado, le dieron todo tipo de golpes con objetos contundentes, tipo herramientas, en zonas vitales como la cabeza, el tórax y el abdomen». A causa de la paliza, el vecino de Getxo sufrió traumatismos torácico y craneal y otras múltiples lesiones, como «volet costal y focos de contusión pulmonar».

Una vez que ya le habían sonsacado las claves bancarias, le trasladaron a una finca alejada, donde cavaron una fosa y «le enterraron vivo», ya que presentaba restos de tierra en la faringe, laringe, esófago y estómago. En los días posteriores al asesinato, los acusados extrajeron 1.800 euros de sus cuentas en distintas sucursales de Zaragoza y vendieron su coche. Cuando fueron detenidos, Hedangeline aún portaba «la cadena y una alianza dorada» de la víctima. En su vivienda, se localizaron sus gafas graduadas, un palo de golf y una bolsa de mano Armani, que los familiares reconocieron como propiedad de Josetxu.

Por el asesinato, esta parte solicita la prisión permanente revisable; por el secuestro, 6 años de cárcel para cada uno; y por la estafa o alternativamente el robo con violencia, dos años más. Además, también reclaman como responsabilidad civil 327.468 euros para el hijo, los padres y los hermanos de Josetxu, y que se fije una fianza de 425.000 euros. En sus calificaciones provisionales, la Fiscalía pide 58 años para la pareja y 16 para el tercero.