El inicio de la regeneración de la zona degradada de Iturrigorri-El Peñascal se remonta a 2013, pero ejecutar el mayor plan contra la infravivienda que se desarrolla en Euskadi lleva su tiempo y habrá que esperar al menos otra década para verlo culminado. Principalmente ... porque la dificultad orográfica y la ausencia de suelo para edificar está exigiendo realizar una «auténtica operación de cirugía urbana», en palabras del viceconsejero de Vivienda, Pedro Jáuregui. Y, culminada la primera parte de la intervención en la parte baja del barrio, toca afrontar la segunda, la que afectará a El Peñascal, que deberá dividirse en seis fases.
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La razón es que «la calle está enclavada en una vaguada con laderas a ambos lados que limitan cualquier actuación urbanística». Y primero hay que derribar las viejas casas para liberar espacios donde levantar nuevas que permitan realizar los realojos para derribar otras y levantar más hasta acabar toda la operación. Y hay tarea, porque están previstas al menos 230 demoliciones y levantar 239 viviendas.
Jáuregui adelanta que la primera fase se ubicará a mitad de El Peñascal, «frente a los números 21 y 23», y los derribos dejarán espacio para tres nuevos edificios con 24 viviendas, «a pie de carretera y totalmente accesibles». Así se podrá acometer la segunda fase, «a la altura de los números 122-126, junto a los que edificaremos 56 casas». Las siguientes actuaciones serán más pequeñas, «y en algunos casos se limitarán a apenas ocho viviendas entre otros bloques ya existentes».
En cualquier caso, Jáuregui reconoce que los primeros realojos «no serán posibles hasta finales de 2023 o 2024». Ese es el plazo que necesita el Ejecutivo autónomo para edificar en Iturrigorri un bloque de 85 pisos de realojos que permitirá iniciar las mencionadas seis fases en El Peñascal.
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La redacción de este proyecto, sin embargo, también se ha visto afectada por la pandemia, y su adjudicación se producirá «en las próximas semanas». Su construcción, que costará nueve millones, podría arrancar a finales de 2021 y, «a pesar del parón debido al coronavirus, creemos que estamos todavía en plazo para terminarlo en 2023, como habíamos previsto». Antes, a finales de este mismo año, empezará la regeneración del suelo que ya ha dejado libre la demolición de la infravivienda en Iturrigorri, y espacios que pasarán a ser nuevas zonas verdes para el barrio. La actuación costará un millón de euros.
Para coordinar y garantizar todos los pasos que quedan por dar en la operación, el Ejecutivo autónomo y el Ayuntamiento de Bilbao firmarán un protocolo al que el primero dará luz verde este martes en Consejo de Gobierno. «Pondrá negro sobre blanco los compromisos a la hora de materializar los proyectos concretos y garantiza que no se pararán porque vincularán a los gobernantes que vengan después», subraya Jáuregui. «El Ayuntamiento se compromete a agilizar las licencias y asumirá los costes de las expropiaciones y la mitad de los de urbanización y derribos». El Gobierno vasco, por su parte, financiará «todo el planeamiento, los proyectos y las obras de construcción».
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