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Lokomat. Este equipo eleva ligeramente al paciente para reducir parte de su peso corporal y le ayuda mediante juegos y retos a mejorar la marcha al caminar y tener mayor control sobre sus piernas. Jordi Alemany

Exoesqueletos para volver a andar: así experimentan en Cruces con enfermos de ictus o párkinson

BioCruces trabaja en cinco proyectos para mejorar la rehabilitación en pacientes con daño neurológico

Viernes, 3 de febrero 2023

Manu Sedano sufre una extraña patología. Sus propias vértebras le acabaron causando una lesión por compresión en la médula. Ha pasado dos veces por quirófano. Después de la segunda perdió mucho control sobre sus extremidades inferiores y comenzó a tener serias dificultades para caminar. Jéssica Hernández tiene esclerosis múltiple. Se la diagnosticaron con 18 años. A sus 36 trabaja diariamente para conservar la mejor movilidad posible. Ambos forman parte del grupo de pacientes que participan en la investigación puesta en marcha por BioCruces-Bizkaia para mejorar la capacidad de moverse de pacientes afectados por diferentes enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson, o con daño neurológico, como son los afectados por esclerosis múltiple, ictus, lesiones medulares o la parálisis cerebral infantil.

Con ellos prueban novedosos equipos para caminar como son los exoesqueletos y el lokomat, un robot que permite entrenar la marcha limitando el peso corporal que se apoyan en cada paso y permite exigir diferentes niveles de esfuerzo para mejorar tanto el arco de las piernas al caminar como la resistencia.

«Uno de cada cinco afectados por un ictus en Euskadi acude tarde a un hospital»

mari mar freijo, neuróloga

«Cansar, cansa», bromea Jéssica mientras coge aire. «Aunque ahora no tanto porque he dejado de luchar contra el exoesqueleto –matiza–. Pero el primer día fue una pelea constante. Yo intentaba dar los pasos como yo siempre los hago y él no me dejaba. Me los corregía», recuerda. Lleva tres semanas utilizando este equipo y nota ciertas mejoras. «Te sientes un poco como un robot al andar», bromea. No le falta razón. Verla caminar con este equipo adherido a sus piernas y su espalda impresiona. Más aún cuando cambia de dirección, algo que debe hacer trazando ángulos de 90 grados.

Durante los entre 15 y 20 minutos que dura cada sesión la apoyan dos fisioterapeutas, que regulan el funcionamiento del equipo y recogen los datos que arroja. La acompañan en cada paso y están atentps por si llegase a perder el equilibrio para evitar que caiga. «Tengo cierta dificultad a la hora de andar y este exoesqueleto me obliga a hacerlo correctamente. Me sirve para ser consciente de dónde cargo el peso para poder dar el siguiente paso», explica.

BioCruces

  • Proyectos. Trabajan con afectados de ictus, esclerosis múltiple, lesiones medulares, parálisis cerebral infantil y párkinson.

  • Profesionales. En este centro de pruebas colaboran una decena de médicos y otros tantos fisioterapeutas.

  • Colaboración. En el caso del proyecto sobre esclerosis múltiple, BioCruces colabora con la asociación Adembi.

  • Equipo. Los dispositivos más llamativos con los exoesqueletos y el robot lokomat, que mejoran la marcha.

  • Ictus. En Euskadi cada año sufren esta enfermedad 6.000 personas y es la principal causa de muerte entre las mujeres.

  • Aumento. Para 2035 se prevé que el número de casos de ictus aumenten un 34% en Europa y las muertes un 40%.

También llamativo es el lokomat. Manu Sedano lleva más de un mes ejercitándose en él. Un arnés le eleva desde las ingles para descargarle de peso corporal y que caminar sobre una cinta le resulte más sencillo, a la vez que dos piernas articuladas se fijan a las suyas para corregirle la marcha. Pero esta máquina estimula también de una forma amena. Para ello convierte al paciente en el personaje de un videojuego. Manu tiene su avatar en una pantalla en la que debe conseguir varios retos. Para ello en algunos momentos debe caminar más rápido o dar pasos más largos. «Te automatiza muchos movimientos y permite dar una serie de órdenes a las piernas que de una forma tradicional sería complejo lograr. Consigues en 45 minutos hacer mucho más ejercicio del que realizarías de una forma normal. Es como una gimnasia intensiva Y esto es algo que se logra por medio de juegos que te marca los objetivos», explica Sedano.

Alta prevalencia del Ictus

En este banco de pruebas de Biocruces trabajan una veintena de sanitarios, la mitad de ellos facultativos y el 50% restante fisioterapeutas, indica Javier Díez García, coordinador de esta instalación. «Investigamos desde las causas de la enfermedad hasta el proceso para su rehabilitación», explica Mar Mendibe, neuróloga y directora científica de Biocruces. Los proyectos que tienen en marcha y cuentan con la financiación de la fundación BBK tratan de conocer qué avances logran estos dispositivos en la evolución física de los pacientes para valorar si es aconsejable extenderlos a las principales unidades de rehabilitación de Osakidetza. Unos resultados en los que la opinión de los afectados juega un papel importante para conocer su satisfacción, tanto con los resultados como con las rutinas. Porque, como probadores que son, su experiencia permite fijar cuántas sesiones semanales de una dinámica de recuperación puede recibir un paciente, en función de su dolencia.

«Investigamos desde las causas de la enfermedad hasta su proceso de rehabilitación»

Mar mendibe, neuróloga

Una de las líneas de trabajo es la de la recuperación de la movilidad en pacientes afectados por un ictus. Cada año en Euskadi se registran 6.000 casos de esta enfermedad cerebral de origen vascular y 1.400 personas fallecen al año por una patología que se ha convertido en la primera causa de muerte entre las mujeres vascas.

Esta patología se da con más frecuencia en pacientes de entre 62 y 83 años. Por lo que, dado el progresivo envejecimiento de la población, la previsión es que cada año se vean más casos. Un estudio de la Stroke Alliance for Europe prevé que en 2035 los casos de ictus en el viejo continente aumenten un 34% y las muertes un 45%. También habrá más pacientes que tengan que vivir con secuelas. Y es que junto a la alta mortalidad que tiene esta enfermedad, otro de sus efectos indeseados es su alta capacidad para provocar lesiones a nivel cerebral o de movilidad que limitan la vida del afectado.

Exoesqueleto. Este dispositivo fuerza y enseña a caminar de forma correcta a las personas que por su enfermedad tienen dificultades para hacerlo por sí mismos. Jordi Alemany

Mari Mar Freijo es una de las neurólogas al frente de las investigaciones que se llevan a cabo en Biocruces para mejorar la movilidad de los enfermos de ictus. También coordina el grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Esta patología se da cuando «se obstruye una arteria en el cerebro y deja sin riego una zona». «Durante los primeros momentos el resto trata de compensarlo realizando un mayor aporte de sangre en ese lugar. Pero pasado un tiempo –explica– esa parte del cerebro ya no tiene capacidad de recuperación» y queda dañada.

Tratamientos urgentes

Por eso, insiste, es muy importante acudir pronto a un centro sanitario en cuanto aparezcan los primeros síntomas. Entre ellos, destaca Freijo, están las dificultades para mover una extremidad o la pérdida de fuerza, dificultades en el habla o en la visión. Pero esta urgencia por recurrir a los servicios médicos no se da en todos los casos. Según indica la neuróloga, «uno de cada cinco afectados por un ictus en Euskadi acude tarde a un hospital». Esto se traduce en que hay una serie de tratamientos que ya no puede recibir y que tendrá mayores secuelas, en caso de supervivencia.

En la actualidad existen tratamientos muy efectivos para actuar contra este trombo, pero para ello se deben administrar de forma temprana. Es el caso de un suero que disuelve esta obstrucción arterial, siempre que se administre en las primeras cuatro horas y media tras el accidente cerebrovascular. Lo mismo ocurre con el empleo de un catéter indicado para las primeras seis horas. Más allá de estos plazos las posibilidades de recuperación son menores y mayor el riesgo de sufrir daños importantes.

Biomarcadores, otra línea de investigación en el ictus

Otra de las líneas de investigación que tiene en marcha en Biocruces relacionada con el ictus es la de detectar biomarcadores que aporten información a los especialistas sobre el pronóstico de los pacientes que han sufrido este accidente cerebrovascular, así como las posibilidades de padecer uno de estos episodios. A la espera de que estos trabajos puedan concluir con resultados satisfactorios, Freijo resalta que la principal herramienta con la que cuentan las personas para evitar un ictus es reducir los factores de riesgo. ¿Cómo? Con una vida saludable, así como con tomas de la tensión y analíticas «frecuentes».

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