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El euskera ha vuelto a ser utilizado como herramienta de división política en el pleno municipal de Bilbao. Y en esta ocasión ha dividido a los socios en el gobierno local, PNV y PSE. Los primeros, los jeltzales, han pactado con EH Bildu, formación que ... llevó el asunto al debate, una resolución en la que se pide al gobierno municipal que «convoque la participación ciudadana a la manifestación que tendrá lugar el próximo 4 de noviembre contra el ataque al euskera pero, sobre todo, a favor de la normalización y revitalización del euskera».
La manifestación de la que se habla se ha convocado a raíz de la resolución del Tribunal Constitucional en la que se tumba la posibilidad de que los ayuntamientos vascos utilicen solamente el euskera en su funcionamiento por suponer una importante cortapisa a los castellanohablantes. Ya el pasado mes de junio un centenar de alcaldes y concejales se concentraron con sus makilas ante el Palacio de Justicia de Bilbao para protestar contra el asunto y entre ellos estaba Juan Mari Aburto.
Frente a lo pactado entre PNV y EH Bildu, el PSE ha presentado la siguiente moción, que no ha salido ya que los nacionalistas suman una importante mayoría absoluta: «El Pleno del Ayuntamiento de Bilbao insta a las administraciones públicas y al sector público de la CAE a que sigan adoptando las medidas necesarias para garantizar los derechos lingüísticos de las ciudadanas y ciudadanos. Y que sigan así mismo trabajando y desarrollando medidas para garantizar el uso del euskera. Todas las personas de la CAE tienen el derecho de opción lingüística en cualquiera de las dos lenguas oficiales de Euskadi cuando se dirigen a la administración pública ubicada en la CAE, y las administraciones públicas, tienen a su vez, la obligación de atender en la lengua solicitada por las ciudadanas y los ciudadanos vascos».
María del Río, portavoz de EH Bildu, se felicitó porque «el clamor del euskera une a amplias mayorías, como hoy hemos unido en esta Corporación». La concejala jeltzale, Eider Inunciaga, avisó de que «vamos a defender nuestra lengua, la lengua de nuestros antepasados, de nuestras familias y de futuras generaciones».
Por contra, la socialista Nora Abete lamentó que se esté utilizando el idioma como «elemento de confrontación», y señaló que en el PSE «estamos a favor de que cada uno pueda dirigirse a la administración en el idioma oficial que quiera». Eso sí, «huimos de propuestas identitarias» que utilizan el euskera «para dividir».
Desde el PP, Esteban Goti incidió en que lo mejor para el euskera es «dejarlo fuera de cuestiones partidistas» y fue muy crítico con el hecho que desde las administraciones locales se haga oposición activa a las resoluciones judiciales, ya que supondría un cuestionamiento de la división de poderes. En Elkarrekin, Xabier Jiménez coincidió en que «el euskera es el que pierde con este debate»; en su opinión, la posición del PNV está condicionada por las próximas elecciones. «El mensaje que da el gobierno municipal no va a ser mayoritario, sino de una parte de la sociedad, y en un debate así hay que tender puentes por nuestra lengua». Lo que ha ocurrido, en cambio, es que PNV y EH Bildu «han hecho un uso partidista del euskera».
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