La cita para los amantes de la informática se desvirtualiza

Los catalanes Jordi Siso, de 41 años, y Joan Guillem, de 30, son un buen ejemplo. Los dos han tomado parte en más de una docena de Euskal Encounters. «Son como nuestras vacaciones. Nos vamos de casa para poder reunirnos unos días», contaba este jueves Siso, que este año prescindirá de las duchas y tiendas de campaña habilitadas por la organización y acudirá a un hotel para relajarse durante la noche.

Lo mismo hará Guillem, que también celebraba la vuelta al formato presencial, a pesar incluso de que las medidas de seguridad sanitaria han obligado a reducir la asistencia a una décima parte. «Otras veces veníamos 48 personas de nuestro grupo y este nos hemos juntado ocho», detallaba. Él ni siquiera ha traído su equipo más potente para disfrutar de la conexión de 60Gbps que proporciona Euskaltel. «He cogido el portátil del trabajo. Miraré algunas charlas y las actividades que haya, pero lo importante es pasar estos días con los amigos y la gente a la que conoces de internet», subrayaba.

Aunque el ambiente de la cita no se ha resentido, la distancia entre los puestos de los participantes se ha ampliado, las caras se han cubierto con mascarillas, los pasillos se han llenado de dispensadores de gel desinfectante y el suelo se ha llenado de marcas para ayudar a mantener la separación interpersonal. Por lo demás, las sensaciones son similares. «Todo está un poco más tranquilo, pero es una alegría estar aquí. Ya tenía muchas ganas», apuntaba la donostiarra Maialen Urretabizkaia, de 28 años. La joven, para la que esta es su cuarta edición, añadía que la presencia cada vez más numerosa de mujeres también ha mejorado el ambiente general de estos encuentros. «Yo me siento más cómoda ahora», confesaba. Y, aunque echaba de menos competiciones como la del juego de realidad virtual 'Beat Saber', que obliga a mover los brazos al ritmo de la música, se ha traído sus propias gafas y periféricos para disfrutar con los colegas.

No todos son tan veteranos en la Euskal Encounter. Miguel García, vecino de Leioa de 16 años, conoció la edición de 2019 y logró convencer a su hermana para que le acompañara. «Sobre todo estaré con los juegos de acción, pero es totalmente distinto hacerlo aquí, donde nos vemos las caras», razonaba.

Más primerizo aún es Alberto Arévalo, que se estrena en el evento informático vizcaíno. Comparte mesa con Mateu Adsuara, de Castellón, quien, pese a estar de vacaciones en su trabajo de desarrollador de 'software', este jueves practicaba programación «para relajarse». «Otros años he competido al 'Guitar Hero'», explicaba. Arévalo remarcaba que «el mito de que todos los informáticos son introvertidos es como pensar que todos los deportistas son extrovertidos. Aquí hay gente de todo tipo».

Además de los puestos de ordenadores, en el pabellón del BEC también hay una zona para la competición de videojuegos y otra de charlas y conferencias sobre temas como ciberseguridad o divulgación científica en tiempos de pandemia. Esta última la ofrecerá este viernes por la tarde, a las 20.00 horas, el inmunólogo Alfredo Corell. También hay un punto de venta donde la tienda bilbaína MODPC ofrece apoyo técnico. «Ha llegado un chico de Tenerife al que se le había soltado la RAM del ordenador cuando venía en el avión. Se lo hemos podido arreglar para que disfrute a tope de la Euskal», ejemplificaba allí Nerea Munitza.