El metro renovará sus trenes después de 30 años y abre la puerta a ampliar frecuencias

Etxanobe ya planteó durante la campaña electoral de las forales de hace justo un año la necesidad de actualizar el material rodante del metro una vez que 24 de las 46 unidades disponibles están a punto de llegar al límite de su vida útil, fijada en 30 años. Ayer la diputada general desgranó la antigüedad del resto de la flota. Hay 13 convoyes que funcionan desde 2001, apenas unos meses antes de que se inaugurara la Línea 2 entre San Ignacio y la Margen Izquierda, y 9 más en circulación desde 2009. Al poco el trazado se amplió hasta Santurtzi primero y posteriormente a Basauri.

En estas tres décadas el material rodante se ha ido ampliando pero no se ha retirado ningún tren. Además de estaciones y kilómetros, el metro también ha incorporado el quinto vagón en algunos de sus trayectos y ha realizado un reciente retoque de frecuencias que ha permitido incorporar más servicios en las horas puntas en el llamado tronco común, el que conecta la estación del Casco Viejo con el citado intercambiador de San Ignacio. El director del suburbano, Eneko Arruebarrena, también había incidido recientemente en que se debían comprar nuevos trenes para «mantener la calidad» del servicio.

La cuestión del metro se trató ayer en el pleno de control que las Juntas Generales celebraron en su sede de Gernika a cuenta de una pregunta planteada por EH Bildu. Quería conocer la coalición los planes de la Diputación, y por extensión del CTB que preside Etxanobe, para responder a las mociones aprobadas en siete ayuntamientos -Leioa, Getxo, Berango, Sopela, Urduliz, Plentzia y Gorliz- en las que se reclama a las instituciones que mejoren las frecuencias de la Línea 1 en esa zona. «Hablamos de un entorno que ahora tiene un hospital hacia el que hay convoyes cada 20 minutos y en el que la población ha crecido un 60% desde que el suburbano fue inaugurado», recordó el apoderado soberanista Raúl Méndez. Algunos consistorios reclaman que la frecuencia se rebaje hasta los 13 minutos.

Su turno de réplica lo utilizó la diputada general para dos cuestiones. La primera, para explicar que en las condiciones actuales el metro no está en disposición de variar frecuencias en Uribe Kosta sin «degradar» el servicio en el tronco común del suburbano. Se refirió expresamente a que serían necesarias nuevas unidades, y por eso anunció posteriormente el proceso de renovación de la flota que requerirá «una inversión económica muy importante» durante los próximos años. El cambio de trenes será progresivo, pero debe empezar de inmediato porque el proceso está marcado por la fecha límite de vida útil de los convoyes.

Primer cuerpo a cuerpo

La previsión, dijo Etxanobe, es que la nueva flota y la reorganización permanezcan operativas durante las siguientes tres décadas. En ese horizonte aparecen dos ampliaciones del trazado del metro. La primera, la creación de la Línea 5, no cuenta a efectos de trenes ya que estará operada por EuskoTren igual que hace con la Línea 3. La posterior ejecución de la Línea 4, cuyas obras no tienen fecha, sí que requerirá una redistribución de recursos.

La diputada general también aprovechó su intervención con fines políticos. Y esto es una novedad porque en los casi once meses que lleva en el cargo Etxanobe no había entrado al cuerpo a cuerpo con la principal fuerza de la oposición. Ni con ninguna otra. Ayer reprochó a EH Bildu que haya «utilizado» la «legítima» demanda de los ayuntamientos sobre la ampliación de frecuencias del metro con fines electorales en las semanas previas a la campaña de las autonómicas. «Han preferido ir por libre, sin contrastar con los técnicos del metro, y hacer pública una propuesta irrealizable y sin consistencia técnica asegurando que depende de la voluntad política», criticó. La respuesta de la coalición soberanista fue reclamarle «que se comprometa y no lance retahílas».