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El Día de los Enamorados el Gobierno vasco y la Diputación presentaron en Gernika el proceso de escucha sobre el Guggenheim de Urdaibai que había ... encomendado al centro de estudios Aguirre Lehendakari Center. El estudio de opinión, que se puso en marcha de inmediato, busca aclarar si los vecinos están a favor o en contra del proyecto, pero hay cuestiones sociológicas más complejas que también intenta desentrañar. Uno de los grandes objetivos es «diferenciar discursos públicos y narrativas ocultas», comprobar si el importante rechazo que se percibe en Urdaibai y Busturialdea es así de potente cuando se pregunta a la gente por separado y en privado. Y parece que no.
Aunque la consulta y el posterior análisis de datos se va a prolongar hasta el año que viene, la diputada general allanó ayer el camino del futuro museo asegurando que en Urdaibai «no hay una oposición mayoritaria» a la construcción de la pinacoteca en la Reserva de la Biosfera. «No se aprecia una oposición monolítica», repitió en euskera Elixabete Etxanobe durante su intervención en el pleno de las Juntas Generales, en el que también defendió una vez más las bondades de ampliar el museo de Bilbao creando nuevas sedes en Gernika y Murueta y se comprometió a promover su ejecución. «Puedo fallar tomando decisiones, pero no faltaré a la palabra que di en la campaña electoral primero y en mi programa de gobierno después».
Salvo que la máxima responsable foral conozca ya las primeras conclusiones del trabajo de campo que está haciendo el equipo del Aguirre Center, lo que Etxanobe dio a conocer en la Casa de Juntas de Gernika es el balance de unas mesas de trabajo organizadas el pasado diciembre por el Ejecutivo vasco y el vizcaíno a las que fueron invitados agentes socioculturales del entorno. Se trata de un trabajo paralelo al del proyecto del museo que pretende poner en marcha un plan de revitalización para las comarcas de Urdaibai y Busturialdea tras ser catalogadas como Zonas de Atención Prioritaria (ZAP). El mes que viene debería conocerse un primer borrador que determine una serie de «proyectos tractores» elegidos por su capacidad para dar un nuevo aire a la zona, mejorar sus infraestructuras y estimular la economía del entorno con financiación pública.
Mientras se aclaran los pormenores del ZAP, que debe contar con el aval de todos los ayuntamientos de la zona, y avanza el proceso de escucha sobre el Guggenheim, EH Bildu llevó ayer la controversia sobre el museo a la sesión de control de las Juntas para pedir a la diputada general que aclare si su gobierno «respetará la voluntad popular». Esto es, que si percibe rechazo aparcará el proyecto del Guggenheim o si la consulta es «un teatrillo». «Veremos si lo que buscan es solo otorgar un envoltorio democrático a una decisión que ya tienen tomada o dan a la ciudadanía la oportunidad de decidir», expuso el portavoz de la coalición soberanista, Iker Casanova. La formación nunca ha aclarado si quiere o no un museo allí. «Hay razones para estar a favor y en contra», resumió Casanova. En la tribuna del público siguieron el debate media docena de alcaldes que Bildu tiene en la comarca.
Aunque no fuera ayer en sede parlamentaria, la respuesta que buscaba el portavoz independentista ya la han deslizado portavoces del Gobierno vasco y de la Diputación con anterioridad. No, la consulta popular no es vinculante. El estudio de opinión será «una parte más» de los argumentos que las instituciones sopesarán antes de decidir si siguen adelante con un proyecto que ahora mismo está en el aire. A expensas de que se aclare si es viable desde el punto de vista administrativo, urbanístico y ambiental. Un pronunciamiento que coincide con el traspaso al Ejecutivo autonómico de la gestión de Costas, uno de los organismos que más tienen que decir durante los próximos meses. Principalmente, porque levantar una de las sedes, la de Murueta, obliga a modificar la zona de servidumbre marítima en la que está prohibido construir.
El Patronato del Museo Guggenheim Bilbao decidirá previsiblemente el año que viene si se dan las condiciones para levantar la nueva pinacoteca. De momento, Etxanobe ya desliza que el rechazo social no parece que vaya a ser un factor determinante. Hace apenas dos semanas la diputada general y el lehendakari mantuvieron un encuentro con la nueva cúpula directiva de la Fundación Guggenheim en Nueva York de la que se trajeron la disposición de la institución a «explorar» si el proyecto es factible. La puerta sigue abierta.
Como ya hiciera su antecesor, Unai Rementeria, la diputada general efectuó ayer una defensa cerrada del proyecto, y aprovechó la ocasión para reprochar a la izquierda abertzale su histórico rechazo a «proyectos estratégicos que han mejorado este país». «Estuvieron contra el Guggenheim de Bilbao que unos visionarios pusieron en marcha en los 90, en plena crisis, y que ahora sostiene 14.000 empleos y ha dejado 100 millones en las arcas públicas». Treinta años después, advirtió Etxanobe, «Bizkaia no está para dejar pasar oportunidades».
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