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El plan para soterrar las vías del antiguo tren de Feve en Zorroza traerá una profunda transformación a la zona. El proyecto, que la semana pasada cobró un nuevo impulso con la aprobación del estudio informativo que guiará las obras, no solo prevé eliminar los ... dos peligrosos pasos a nivel existentes sino que también dotará al barrio de una estación soterrada, con dos cañones de entrada y una columna de ascensores al estilo metro.
La iniciativa traerá una modernización importante en la estructura ferroviaria y un cambio absoluto de paradigma. En cierta forma supone preparar al barrio para la llegada del suburbano. Hay que recordar que el último diseño que se presentó para la futura Línea 4 preveía aprovechar el viejo trazado de Feve y llevar las unidades, en un horizonte a medio plazo, hasta Zorroza tras completar su primera fase con paradas en Irala y Rekalde.
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El estudio informativo ahora aprobado deja todo preparado para, llegado el caso, plasmar esta apuesta. Lo proyectado por los ingenieros es totalmente compatible con esa aspiración. De hecho, el nuevo trazado a su paso por el barrio de Zorroza supondrá la excavación de un túnel de kilómetro y medio que acerca esa posibilidad y acorta la obra final, así como la construcción de una estación ya preparada para un servicio metropolitano.
En el corto plazo, quizás lo más urgente -por lo que más han peleado los vecinos de la zona- sea sacar los 67 trenes que a diario pasan por esa trinchera que divide el barrio. Un tránsito que obliga a 2.060 vehículos a esperar su turno detrás de las barreras cada jornada. Y un paso que se ha cobrado la vida de 21 personas en los últimos 35 años. Los dos últimos arrollamientos mortales tuvieron lugar en 2016 y desataron la indignación y las protestas de los vecinos, que no entienden que esta estructura siga funcionando entre edificios de viviendas.
Pero además de eso, el proyecto cambiará el trazado de forma radical. Pasará a ser soterrado y reducirá en 400 metros la distancia que cubre el recorrido actual, porque la nueva línea de tren subterránea describirá un arco mucho menos pronunciado que el que ahora corta el barrio. Y discurrirá a 30 metros de profundidad por las entrañas de este rincón de Bilbao. Allí, debajo del entorno de Zazpilanda, se ubicará la nueva estación.
Será necesario excavar 310.000 metros cúbicos de tierra y roca para dar forma a la terminal. Un excedente de obra que será llevado en camiones, según se apunta en el estudio informativo, a una mina abandonada de Ortuella para su relleno. Hay que tener en cuenta que este volumen de material es enorme. Coincide aproximadamente con el sobrante que sale de horadar un kilómetro de túnel de la Supersur, el equivalente a 125 piscinas olímpicas.
La estación, por la que no pasarán los convoyes de mercancías, ya que se ha dibujado también una pequeña variante paralela para desviarlos, tendrá dos accesos principales y una batería de ascensores. El cañón que será seguramente más utilizado asoma a la superficie en la calle Ignacio Miranda, muy cerca de la carretera que conduce a Alonsotegi, a la altura del concesionario de coches Taramona, frente a las antiguas instalaciones de Flex. Tendrá 120 metros de recorrido. Es decir, será bastante largo y constará de tres tramos de tapiz rodante con no mucha pendiente (la diferencia de cota con la terminal será de sólo 4 metros). En cierta manera será parecido al existente en la entrada de la Plaza Unamuno del Casco Viejo.
El otro cañón se situará en el parque Alazne López Etxebarria y será más corto (100 metros) aunque superará un mayor desnivel (26 metros) por lo que habrá que recurrir a escaleras mecánicas (tendrá cuatro segmentos). Por su parte, la batería de elevadores estará aún más arriba, en la calle Zorrotzagana, salvando un desnivel de 39 metros.
En definitiva, el nuevo diseño supone acercar el tren a la mayor parte de los vecinos del barrio. Los ingenieros que han esbozado el proyecto son optimistas y piensan que se puede ganar un buen número de usuarios con esta nueva concepción del ferrocarril a su paso por Zorroza. En la actualidad, el número de personas que se bajan o se suben al antiguo tren de Feve en la estación del barrio es relativamente pequeño: apenas 264 pasajeros.
es la fecha dada por las instituciones para inaugurar el trazado soterrado, aunque el encarecimiento de las obras y la tardanza en la licitación del proyecto hace prever que esa previsión se demorará.
El futuro trazado ferroviario reducirá en 400 metros la distancia que ahora recorre al aire libre porque se ha diseñado una curva menos abierta que la actual.
personas han fallecido arrolladas por los convoyes que atraviesan el barrio de Zorroza desde hace 35 años.
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