«La época de la violencia fue una pesadilla en la que mejor no pensar»

Pello Salaburu, Manuel Montero e Iñaki Goirizelaia repasan sus momentos más felices y los tragos más amargos de sus épocas al frente de la UPV/EHU. También relatan a qué dedican su día a día. Hombres de gran apetito intelectual y, alguno, abuelo reciente, afirman que no les dan las horas para hacer todo lo que les gustaría.

Pello Salaburu se jubiló con el nacimiento de su primer nieto. Pero a sus 73 años el catedrático de Filología Vasca reconoce que sigue «trabajando mucho, leyendo, escuchando y aprendiendo música». Los viajes son otras actividades que ocupan su tiempo libre, con París y Sicilia como últimos destinos. Siempre saca tiempo para hacer de abuelo y cuidar de sus dos nietos, lo que no le impide mantener su participación en Euskaltzaindia, donde es miembro de la Comisión de Gramática.

Se muestra orgulloso de haber sido el primer rector de la UPV/EHU elegido por toda la comunidad universitaria, y no solo por el claustro como sus predecesores hasta 1996. «Un recuerdo magnífico». Y subraya que ostentar este cargo es la máxima aspiración de un académico.

Durante su mandato se enfrentó a un ambiente político muy crispado, con «muchos problemas provocados por la izquierda abertzale» dentro de la institución. Esa situación quitaba tiempo a su equipo y les apartaba de las cuestiones «importantes y trascendentales» para la universidad. «De alguna forma eso fue lo que hizo que nuestras fuerzas no fueran dirigidas a donde tenían que ir», confiesa Salaburu.

Manuel Montero, catedrático en Historia Contemporánea, es el único de los tres que se mantiene en activo como profesor universitarioa sus 69 años. «Escribiendo mucho y dando clase», dos de sus pasiones que pretende mantener hasta que se vea obligado a jubilarse. Aunque la elaboración de textos es algo que nunca pretende abandonar.

El día más feliz de su periodo al frente de la universidad fue el momento de su elección, para un mandato «convulso», con gran cantidad de incidentes. Pero destaca como logros el plan estratégico de la entidad y la ampliación del campus de Bilbao en Abandoibarra, con el proyecto estrella del Bizkaia Aretoa.

Como rector de la UPV/EHU, sin ninguna duda el trago más amargo fue el 18 de diciembre de 2000, cuando tuvo lugar el frustrado atentado de ETA contra la profesora Edurne Uriarte en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación. En esa época de violencia se vivían situaciones «muy desagradables», con alumnos y profesores que acudían a las aulas protegidos por escoltas. En palabras de Montero, un mal sueño. «Una pesadilla en la que mejor no pensar y que afortunadamente ha acabado. Y confiemos que para siempre».

Iñaki Goirizelaia bromea con que su único trabajo es cuidar de sus cuatro nietos pero, a pesar de su jubilación, este catedrático de Ingeniería Telemática se mantiene como colaborador honorífico en la universidad. «Sigo haciendo cosas con otro nivel de implicación y dedicación», explica el único rector en la historia de la institución con dos mandatos a sus espaldas. Tras dejar el cargo y antes de jubilarse, tuvo tiempo para retomar la docencia en la Escuela de Ingeniería de Bilbao y sus trabajos en el grupo de investigación. Incluso ha publicado un libro en el que mezcla la programación con la danza, otra de sus aficiones.

Entre las alegrías de sus años como máximo responsable de la UPV/EHU se queda con el reconocimiento como Campus de Excelencia Internacional, alcanzado en 2010. «Significó una apuesta de futuro, un modelo distinto y dar un paso adelante en muchos aspectos», como la investigación y la colaboración con otras universidades.

El peor día que tuvo que afrontar como rector fue el 20 de mayo de 2014, cuando un trabajador falleció tras sufrir una caída en la biblioteca del campus de Leioa. «El momento de más tristeza que recuerdo».

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