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El pleno del Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado por unanimidad impulsar la revisión del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). De hecho, según avanzó la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, la socialista Nora Abete (que arrancó su intervención solidarizándose con Pedro Sánchez), «estamos redactando los ... pliegos para esa revisión». Desde que entró en vigor el plan, hace ya más de cinco años, la entrada de coches se ha reducido en un 13,69% en la ciudad, si bien hay que tener en cuenta que en este periodo hay circunstancias como la pandemia y el encarecimiento de los combustibles que han modificado de un modo notable los hábitos de movilidad.
La propuesta llegó desde Elkarrekin Podemos. Su portavoz, Ana Viñals, llamó a «tomarnos en serio el PMUS», para lo que hay que «cumplir con la legislación vigente». Esa legislación prevé la revisión de este tipo de documentos cada cinco años. Como fue aprobado «el 20 de junio de 2018, desde el 20 de junio de 2023 está sin vigencia». Según la líder morada esta situación podría suponer un problema para la implantación de la zona de bajas emisiones (ZBE), ya que a su juicio podría dejarla sin cobertura legal. «Hay demasiados palos conservadores en las ruedas de las políticas de progreso» para dejar una puerta abierta a posibles recursos contra las restricciones a los coches más contaminantes en el centro de la ciudad, que previsiblemente llegará dentro de un par de meses.
Abete aseguró que «el plan sigue vigente», con lo que no hay amenaza alguna para la ZBE. Lo que hay que hacer es revisarlo, tal y como requiere la normativa. Con todo, se mostró muy satisfecha con su funcionamiento en estos más de cinco años, no solo por la reducción en las entradas de coches y el aumento de usos del transporte público, sino también por el impulso a la bici y a la mejora de la movilidad peatonal. En este sentido dijo que Bilbao ha sido reconocida como una de las cien mejores ciudades para visitar a pie.
Desde EH Bildu, Karlos Renedo avisó de que «no se puede hacer una revisión desde la fiesta de la autocomplacencia», y lamentó incumplimientos como «la decisión política de no peatonalizar la plaza Elíptica», contradicciones como el hecho de «apostar por el transporte público mientras se amplían parkings para coches en el centro», y avances lentos como en los caminos escolares: «A este ritmo nos harían falta cien años para que las niñas y niños puedan ir solos a la escuela».
El concejal del PP Ángel Rodrigo condenó la «OTA caótica, la ordenanza del Casco Viejo, que no se cumple, la huelga de Bilbobus y la del funicular». Cree que no funcionan las políticas de movilidad. E ironizó con el hecho de que si Bilbao es una buena ciudad para visitar a pie es porque «el transporte público no funciona».
Finalmente, todos los partidos votaron a favor de la propuesta de Elkarrekin Podemos para actualizar el PMUS y adaptarlo a los tiempos. Viñals defendió que los retos cambian cada año y urge la revisión de un documento que, eso sí, tiene vigencia hasta 2030, aunque legalmente deba ser revisado cada cinco años.
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