Dos objetivos

Acéptese que la tecnología es un elemento central de la cultura contemporánea, algo evidente no solo en la forma en la que la actual sociedad ... se comunica, se relaciona, trabaja y adquiere conocimiento, sino también en la manera en la que se inspiran, se crean y se desarrollan buena parte de las llamadas artes visuales. Por eso mismo constituye una interesante oportunidad que la Alhóndiga, un centro urbano que intenta ser por igual un foco de cultura contemporánea y un lugar de encuentro social, aborde y consagre ahora una parte importante de su espacio a un programa educativo bien testado en otras ciudades, gratuito, internacional, extraescolar e igualitario en su oferta, centrado en las tecnologías creativas, desde la robótica a la música, pasando por la fotografía, los videojuegos, el diseño gráfico o el cine. Se trata, pues, de una iniciativa conjunta público-privada -la primera pone el espacio y la segunda un método pedagógico y una inversión cuatrienal ciertamente filantrópica y próxima a los 10 millones de euros-, cuyo positivo efecto podría ser doble en el medio plazo. En primer lugar, el derivado de una vocación social que busca apoyar y desarrollar anualmente mediante una iniciativa altruista el talento de 1.000 o 1.500 jóvenes de entre 12 y 18 años, poniendo las bases para la creación de una generación creativa que impulse el cambio y las necesarias transformaciones sociales. De otro, la posibilidad de establecer el sustrato y el talento para una industria creativa y cultural que aporte con arraigo la generación de empleo y riqueza. Dos objetivos cuyo desarrollo debe apoyarse, en fin, en lógica y aprovechable convivencia con los de otros espacios y programaciones de la Alhóndiga dedicados a la reflexión y a la expresión de la cultura contemporánea.